Iglesia desde la
ermita.
Construida entre 1540 y 1570 por el albañil Francisco Lorenzo y el carpintero Benito Fernández con una sola nave; posteriormente ha sido ampliado notablemente con
capillas laterales que, tras su comunicación aparentan tres naves.
Su parte más valiosa es el artesanado mudéjar de la nave principal y el presbiterio, cubriéndose las laterales con
bóvedas. En 1860 el arquitecto José Marín Baldó proyectó una ampliación que no se llegó a ejecutar. Salvo escasos elementos que perduraron de etapas anteriores, a partir de 1949 se dotó de la pintura que decora la iglesia simulando falsas pilastras y
arcos ornamentales; en el momento de redactar estas lineas de iglesia de
Abla sufre una intensa restauración que probablemente cambie algunos aspectos y características que había conservado el templo. Asimismo destaca en su exterior, junto a la
portada principal en estilo barroco y probablemente del siglo XVII, la representación inmediata a la
torre recientemente reconstruida, de un templo
romano, probablemente en memoria de los
santos Apolo, Isacio y Cotrato que, según la
tradición fueron martirizados en esta población a comienzos del siglo IV, durante el gobierno del emperador Diocesano. (Datos tomados de la Pág. Almeriapedia).