Una red de ferrocarriles transportaba desde las últimas décadas del siglo XIX material de hierro fundido en los altos
hornos de Lucainena de Las
Torres.
Se mantuvo un buen nivel de actividad durante la primera década del siglo XX pero en la segunda el
mercado comenzó a decaer. Después de la Primera Guerra Mundial hubo una grave crisis siderúrgica en toda Europa y el mercado dejó de ser favorable.
Durante 1919 y 1920 los depósitos de
Agua Amarga están repletos de un material que nadie
compra.
En 1942 el vapor "Bartolo" cargó por última vez en Agua Amarga, poco después se comenzaron a desmantelar las instalaciones mineras y ferroviarias.
Los restos de esa actividad, hoy en muy mal estado a pesar de haber sido declarados
Arqueología Industrial, dejan aún (y quizás por poco tiempo más) intuir la importancia de la actividad en este lugar.