Nadya Quiroga arribó al aeropuerto de Barajas para hacer una escala y seguir viaje rumbo a Alemania. Las autoridades españolas le dijeron que la carta de invitación no estaba en regla y la deportaron.
Nadya Quiroga se convirtió en la quinta argentina que fue echada de España en sólo un mes, luego de los casos de la profesora salteña Gilda Di Fonzo, la docente María Cecilia Tonón, la empleada doméstica Victoria Di Salvo y el joven Alejandro.
La joven de 25 años, pese a cumplir con los requisitos exigidos, estuvo demorada 41 horas en el aeropuerto de Barajas y luego echada, cuando en realidad ella hizo escala en Madrid para trasladarse a Múnich, su destino final.
Nadya denunció que el motivo de su deportación fue porque la carta de invitación "no estaba certificada como ellos decían, cuando en realidad, el Consulado alemán en Mendoza la había aprobado".
"El 16 de octubre salgo de Mendoza y llego a Madrid el 17 a las 6. Me tenía que ir para tomar el vuelo que me iba a dejar en Múnich, donde me estaban esperando. Imaginñe que en una hora me iban a dejar continuar con el viaje", detalló.
La estudiante aseguró que les explicó a las autoridades aeroportuarias de España que la carta "estaba en regla" y consideró que su demora en ese trámite no iba a superar la hora.
La joven de 25 años, pese a cumplir con los requisitos exigidos, estuvo demorada 41 horas en el aeropuerto de Barajas y luego echada, cuando en realidad ella hizo escala en Madrid para trasladarse a Múnich, su destino final.
Nadya denunció que el motivo de su deportación fue porque la carta de invitación "no estaba certificada como ellos decían, cuando en realidad, el Consulado alemán en Mendoza la había aprobado".
"El 16 de octubre salgo de Mendoza y llego a Madrid el 17 a las 6. Me tenía que ir para tomar el vuelo que me iba a dejar en Múnich, donde me estaban esperando. Imaginñe que en una hora me iban a dejar continuar con el viaje", detalló.
La estudiante aseguró que les explicó a las autoridades aeroportuarias de España que la carta "estaba en regla" y consideró que su demora en ese trámite no iba a superar la hora.
Cuando la joven se encontró con la negativa española por la carta de invitación les pidió que al momento de hacer el informe en el que se aclararon los motivos de su deportación, Nadya les pidió que pusieran que la misiva no estaba en regla.
Sin embargo, la joven se encontró con la burocracia de los funcionarios de ese aeropuerto, ya que en el escrito "pusieron que no llevaba la documentación que se requería".
"Me metieron en una sala común y dentro había mesas de plástico con varias sillas, dos habitaciones, una para hombres y otra para mujeres, con cuchetas y duchas. El domingo a la noche salía el vuelo que me iba a deportar a Argentina, pero como estaba lleno me dijeron que tenía que esperar hasta el otro día", relató.
Nadya finalmente regresó a Mendoza sin poder cumplir su sueño de viajar a Alemania, aunque sus valijas sí fueron trasladadas hacia Múnich y todavía no las recuperó.
La estudiante pidió que "las autoridades diplomáticas argentinas trabajen sobre esto" debido a que los turistas van "con mucha ilusión" y hacen "un gran sacrificio económico" como para cumplirlo sin tener este tipo de problemas burocráticos que terminan con la expulsión del turista por causas que resultan muchas veces inexplicables.
Nadya Quiroga se convirtió en la quinta argentina que fue echada de España en sólo un mes, luego de los casos de la profesora salteña Gilda Di Fonzo, la docente María Cecilia Tonón, la empleada doméstica Victoria Di Salvo y el joven Alejandro.
La joven de 25 años, pese a cumplir con los requisitos exigidos, estuvo demorada 41 horas en el aeropuerto de Barajas y luego echada, cuando en realidad ella hizo escala en Madrid para trasladarse a Múnich, su destino final.
Nadya denunció que el motivo de su deportación fue porque la carta de invitación "no estaba certificada como ellos decían, cuando en realidad, el Consulado alemán en Mendoza la había aprobado".
"El 16 de octubre salgo de Mendoza y llego a Madrid el 17 a las 6. Me tenía que ir para tomar el vuelo que me iba a dejar en Múnich, donde me estaban esperando. Imaginñe que en una hora me iban a dejar continuar con el viaje", detalló.
La estudiante aseguró que les explicó a las autoridades aeroportuarias de España que la carta "estaba en regla" y consideró que su demora en ese trámite no iba a superar la hora.
La joven de 25 años, pese a cumplir con los requisitos exigidos, estuvo demorada 41 horas en el aeropuerto de Barajas y luego echada, cuando en realidad ella hizo escala en Madrid para trasladarse a Múnich, su destino final.
Nadya denunció que el motivo de su deportación fue porque la carta de invitación "no estaba certificada como ellos decían, cuando en realidad, el Consulado alemán en Mendoza la había aprobado".
"El 16 de octubre salgo de Mendoza y llego a Madrid el 17 a las 6. Me tenía que ir para tomar el vuelo que me iba a dejar en Múnich, donde me estaban esperando. Imaginñe que en una hora me iban a dejar continuar con el viaje", detalló.
La estudiante aseguró que les explicó a las autoridades aeroportuarias de España que la carta "estaba en regla" y consideró que su demora en ese trámite no iba a superar la hora.
Cuando la joven se encontró con la negativa española por la carta de invitación les pidió que al momento de hacer el informe en el que se aclararon los motivos de su deportación, Nadya les pidió que pusieran que la misiva no estaba en regla.
Sin embargo, la joven se encontró con la burocracia de los funcionarios de ese aeropuerto, ya que en el escrito "pusieron que no llevaba la documentación que se requería".
"Me metieron en una sala común y dentro había mesas de plástico con varias sillas, dos habitaciones, una para hombres y otra para mujeres, con cuchetas y duchas. El domingo a la noche salía el vuelo que me iba a deportar a Argentina, pero como estaba lleno me dijeron que tenía que esperar hasta el otro día", relató.
Nadya finalmente regresó a Mendoza sin poder cumplir su sueño de viajar a Alemania, aunque sus valijas sí fueron trasladadas hacia Múnich y todavía no las recuperó.
La estudiante pidió que "las autoridades diplomáticas argentinas trabajen sobre esto" debido a que los turistas van "con mucha ilusión" y hacen "un gran sacrificio económico" como para cumplirlo sin tener este tipo de problemas burocráticos que terminan con la expulsión del turista por causas que resultan muchas veces inexplicables.