Historia:
Los más viejos del lugar aún narran leyendas de origen morisco, centradas fundamentalmente en el Castillo de los Moros, en la Balsa Alta. Tras la Reconquista, Bédar quedó despoblada y fue necesario traer gentes de pueblos vecinos. Hasta que en el siglo XIX se descubrieron minas de plomo y galena, lo que supuso un importante avance poblacional y económico para el pueblo. Llegó incluso a inaugurarse una estación de vía estrecha, que transportaba el mineral hasta Garrucha, donde se embarcaba.