Monumentos:
Según el cuestionario parroquial para la confección de la Guía de la Iglesia en España que se realizó por la Oficina General de Información y Estadística en España durante 1.951 y 1.952, el Templo Parroquial de San Miguel de Celín fue construido en el S. XVIII. Otras fuentes consultadas no sólo confirman este siglo, sino que además sitúan su construcción en 1.707. Sin embargo, al igual que ocurriera con la Iglesia de Dalías, también la de Celín fue destruida por el violento terremoto que sacudió la comarca el 25 de Agosto de 1.804. Al parecer, sólo quedó en pie la pared lateral izquierda de la iglesia. D. Juan Antonio Fornieles Escobar, párroco entonces de Celín, fue el mayor artífice de su reconstrucción.
De los siglos XVIII y XIX se conservan actualmente, en una de sus sacristías, diversos cuadros. San Blas fue donado a esta parroquia en 1.791; otras pinturas son: La Virgen de las Angustias, S. Emilio y S. Felipe Neri, S. José, y el Ecce Homo. Anteriores a la Guerra Civil, sólo permanecen tres imágenes: San Antonio de Padua, pequeña talla en madera; San Tesifón y el Ecce Homo, que sólo tienen de madera la cara. La imagen de san Miguel que preside la iglesia fue tallada por el escultor granadino D. Manuel González Mesa en 1.939. El uno de Enero de 1.940, y en procesión desde Dalías, llegó S. Miguel a Celín. Pero es en 1.953 cuando queda esta iglesia tatalmente restaurada. En este año Juan Ruiz Miralles se ocupa de adornarla. El techo se rebajó en Agosto de 1.953 con una bóveda con armadura de madera con cañizo y yeso en forma de media elipse en la nave central; y en las naves laterales, cielo raso con el mismo material que la central, ambos con sus correspondientes respiraderos.
LA Iglesia Celín es una construcción de planta basilical de tres naves, separadas por arcos formeros de medio punto sobre pilares, y cubiertas por bóvedas de medio cañon corrido algo rebajadas. Tiene coro adintelado a los pies.
La capilla mayor presenta planta cuadrada, y se cubre con una bóveda de media naranja sobre pechinas. A sus lados, dos habitaciones para sacristía y acceso al camarín y a la torre.
En el exterior carece de elementos decorativos. La portada principal está constituída por un hueco de medio punto simple, una hornacina y una ventana con arco de medio punto en el mismo eje.
Sin duda, lo más destacable y característico de esta iglesia es el juego de volúmenes en la línea cabecera-pies. En primer lugar, el cuerpo basilical, cuya nave central -más elevada- se cubre con tejado a doble vertiente, y las naves laterales a una sola. A continuación, un volumen octogonal que techa la capilla mayor; y por último, la torre. Esta eleva sobre el conjunto el cuerpo de campanas con cuatro vanos de medio punto. Añdir, finalmente, que la diferencia de nivle del solar hace que una escalinata preceda al conjunto por la portada principal.
De los siglos XVIII y XIX se conservan actualmente, en una de sus sacristías, diversos cuadros. San Blas fue donado a esta parroquia en 1.791; otras pinturas son: La Virgen de las Angustias, S. Emilio y S. Felipe Neri, S. José, y el Ecce Homo. Anteriores a la Guerra Civil, sólo permanecen tres imágenes: San Antonio de Padua, pequeña talla en madera; San Tesifón y el Ecce Homo, que sólo tienen de madera la cara. La imagen de san Miguel que preside la iglesia fue tallada por el escultor granadino D. Manuel González Mesa en 1.939. El uno de Enero de 1.940, y en procesión desde Dalías, llegó S. Miguel a Celín. Pero es en 1.953 cuando queda esta iglesia tatalmente restaurada. En este año Juan Ruiz Miralles se ocupa de adornarla. El techo se rebajó en Agosto de 1.953 con una bóveda con armadura de madera con cañizo y yeso en forma de media elipse en la nave central; y en las naves laterales, cielo raso con el mismo material que la central, ambos con sus correspondientes respiraderos.
LA Iglesia Celín es una construcción de planta basilical de tres naves, separadas por arcos formeros de medio punto sobre pilares, y cubiertas por bóvedas de medio cañon corrido algo rebajadas. Tiene coro adintelado a los pies.
La capilla mayor presenta planta cuadrada, y se cubre con una bóveda de media naranja sobre pechinas. A sus lados, dos habitaciones para sacristía y acceso al camarín y a la torre.
En el exterior carece de elementos decorativos. La portada principal está constituída por un hueco de medio punto simple, una hornacina y una ventana con arco de medio punto en el mismo eje.
Sin duda, lo más destacable y característico de esta iglesia es el juego de volúmenes en la línea cabecera-pies. En primer lugar, el cuerpo basilical, cuya nave central -más elevada- se cubre con tejado a doble vertiente, y las naves laterales a una sola. A continuación, un volumen octogonal que techa la capilla mayor; y por último, la torre. Esta eleva sobre el conjunto el cuerpo de campanas con cuatro vanos de medio punto. Añdir, finalmente, que la diferencia de nivle del solar hace que una escalinata preceda al conjunto por la portada principal.