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Poema a Hijate, de Alcontar (Almeria)
Hijate, como las perlas relucientes,
relucen sus casas en el llano.
Aquella luz que la mañana resplandece
sobre las llanuras cultivadas.
Aquella inmensidad silenciosa
bajo las nubes.
Aquellos carriles de tierra luminosos,
se proyectan como alicientes.
Aquella carretera
que como un eje atraviesa el pueblo.
El reloj de la torre de la iglesia
marcando a compás las horas.
Caminos de sol
brillando en los páramos.
Almendros en los huertos,
en las lindes, en los llanos.
Hijate, como una estrella,
que brilla en la noche.
Como un poema de amor
en las páginas de un libro.
Postal bonita,
con sus paisajes hermosos.
Aparece en los mapas de carreteras,
lindando con la provincia de Granada.
Todos tus trigales
estarán ya crecidos,
sobre los secanos contentos,
recibiendo la primavera.
Los ganados pastando
entre las vaguadas,
con el cencerro sonando,
y las ovejas balando.
Tus aldeas maquillando el paisaje,
exaltadas y eufóricas,
soberbias de candor,
bellísimas casas ensalzadas.
El camino de la torre,
como un pretendiente,
desciende la colina,
hasta la rambla exultante.
El camino de la Jauca
como un semblante alegre
enaltece los cerros,
y comunica con otra rambla esplendorosa.
El camino de la fuente de Morata
es un reflejo amable a los sentidos,
un trayecto cómodo,
un símbolo del pasado.
El barranco de la Canaleja,
un emporio vigoroso,
un recinto elevado,
un límite consumado.
El colegio, una institución valorada.
La iglesia, una bendición para el pueblo.
La fuente de la plaza, un contento.
El camino a la Colonia, un esmero bien dibujado.
Hijate, pueblo de Alcontar, (Almeria)
hacía donde va una carretera
que atraviesa los montes,
sinuosa y estrecha.
Córdoba. José Francisco. Abril. 2011
Hijate, como las perlas relucientes,
relucen sus casas en el llano.
Aquella luz que la mañana resplandece
sobre las llanuras cultivadas.
Aquella inmensidad silenciosa
bajo las nubes.
Aquellos carriles de tierra luminosos,
se proyectan como alicientes.
Aquella carretera
que como un eje atraviesa el pueblo.
El reloj de la torre de la iglesia
marcando a compás las horas.
Caminos de sol
brillando en los páramos.
Almendros en los huertos,
en las lindes, en los llanos.
Hijate, como una estrella,
que brilla en la noche.
Como un poema de amor
en las páginas de un libro.
Postal bonita,
con sus paisajes hermosos.
Aparece en los mapas de carreteras,
lindando con la provincia de Granada.
Todos tus trigales
estarán ya crecidos,
sobre los secanos contentos,
recibiendo la primavera.
Los ganados pastando
entre las vaguadas,
con el cencerro sonando,
y las ovejas balando.
Tus aldeas maquillando el paisaje,
exaltadas y eufóricas,
soberbias de candor,
bellísimas casas ensalzadas.
El camino de la torre,
como un pretendiente,
desciende la colina,
hasta la rambla exultante.
El camino de la Jauca
como un semblante alegre
enaltece los cerros,
y comunica con otra rambla esplendorosa.
El camino de la fuente de Morata
es un reflejo amable a los sentidos,
un trayecto cómodo,
un símbolo del pasado.
El barranco de la Canaleja,
un emporio vigoroso,
un recinto elevado,
un límite consumado.
El colegio, una institución valorada.
La iglesia, una bendición para el pueblo.
La fuente de la plaza, un contento.
El camino a la Colonia, un esmero bien dibujado.
Hijate, pueblo de Alcontar, (Almeria)
hacía donde va una carretera
que atraviesa los montes,
sinuosa y estrecha.
Córdoba. José Francisco. Abril. 2011