Esta construcción mudéjar es la más singular y relevante de
Enix. La
iglesia primitiva debió erigirse tras la capitulación del Reino de
Granada en 1492 bajo la advocación de
Santa María de la Encarnación. Sin embargo, durante la guerra de los moriscos (1568-1571) sufrió importantes daños pues, según el historiador Padre Tapia, se encontraba “toda hundida, si no es un poco de hacia el
altar mayor, que era de tierra y madera y los
arcos de yeso y ladrillo”.
En los años posteriores Enix quedó despoblado, al ser concentrada la población de la tahá en
Felix. Con el regreso de los repobladores al lugar, la iglesia debió reconstruirse por iniciativa del obispo Portocarrero durante el primer tercio del siglo XVII.
A inicios del XVIII, bajo el pontificado de Orueta, se acometió una remodelación que incorporó sus
portadas, y cuyos gastos en 1704 ascendieron a 22.132 reales. Testimonio de la intervención de ambos prelados son sus
escudos.
Sería en el Barroco cuando el templo cambió de titular, que pasó a ser la
Virgen del Rosario, aunque en un momento indeterminado también adoptó el título de
San Judas Tadeo, patronos ambos del municipio.
En las distintas restauraciones posteriores del paramento exterior, se han conservado los esgrafiados con esquematizaciones de corazones, hojas, peces y gotas, así como algún que otro grafiti con la estrella de Salomón.
De planta de cajón rectangular, la iglesia está cubierta por una armadura de limabordón con decoración de lazo y, a sus pies, destaca un
coro de madera.
La talla de la Virgen del Rosario que preside el altar mayor, una de las más bellas del obispado almeriense, es la que, según
tradición popular, estuvo en la nave de don Juan de
Austria en Lepanto. Al exterior, el elemento más destacable es su
torre campanario, que posiblemente tendría un carácter defensivo, algo que caracteriza a los
edificios religiosos del siglo XVI cercanos a la costa. Sus muros de mampostería reforzados en las
esquinas por sillares de
piedra, contrastan con el cuerpo de
campanas que, seguramente, fue reconstruido tras los destrozos ocasionados por la
tormenta eléctrica que en octubre de 1891, según la prensa de la época, dejó la torre "en inminente peligro de
ruina". Poco conocida, esta torre fuerte constituye un magnífico ejemplo de transición entre las construidas antes de la rebelión morisca y las de la segunda mitad del XVII.