La primera referencia a este
edificio, aparece fechada el 26 de mayo de 1505, en la erección de beneficios y sacristías realizada por fray Pedro de Deza en
Segovia, ya como
iglesia católica, concretamente como
ermita de Santiago. Construida a finales del siglo XII o comienzos del XIII, según el análisis de las yeserías, la mezquita de
Fiñana, se ha convertido en nuestros días en el único conjunto almohade peninsular que, a pesar del paso del tiempo y de las agresiones sufridas, conserva el oratorio con su quibla y parte de la decoración que adornaba la
portada del mihrab, constituyendo el edificio más completo de todos los conservados en la península ibérica procedente de aquella época.
A principios del siglo XI, Fiñana fue lugar codiciado por su emplazamiento estratégico en el eje de comunicación
Almería-Guadix, apareciendo citada por al-Idrisi (1099-1164) cuando describe el itinerario entre ambas ciudades. La mezquita de Fiñana, actual ermita de Jesús Nazareno, es sin lugar a dudas el testimonio más importante de su pasado almohade, su presencia ya fue señalada por
Torres Balbás, pero ha sido un reciente estudio realizado por Carmen Barceló y Antonio Gil Albarracín (1994) el que sustenta su cronología sobre la base de la epigrafía de la portada de su mihrab, situando la construcción entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII (1180-1224).
La sala del oratorio se divide en tres naves separadas por dos líneas de tres
arcos de herradura cada una. Lo más destacable es la portada del mihrab, cuya planta hexagonal se completaba con una
cúpula, símbolo del universo y del poder absoluto de Alá. En la restauración realizada en 1986, por el arquitecto Eduardo Blanes Arrufat, se respetaron sus características más destacables.