Madre de las Angustias te pido especialmente, y tu nunca abandonas a los que te llaman, porque nuestro anterior párroco, de. Miguel Quintero Alba, sane definitivamente de ese mal tan horrendo que padece. Con este fin te rezo la siguiente oración, que me enseñó mi abuela: "Te acompañé en la
calle de la amargura,
virgen de las Angustias , bendita y pura. ¿ No ves mi llanto? Yo también , madre mía, padezco tanto... He perdido el sosiego, la paz y la calma, y en un
mar de pesares vive mi alma. Por eso
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