La otra noche saludé a Miguel. Tiene un aspecto extraordinario, y está lleno de humor, alegría y ganas de vencer su enfermedad. Ya habrá recibido otra sesión de "medicina", que lo fastidia un poquito. Me dijo que confía en NUESTRA MADRE DE LAS ANGUSTIAS, y que sigamos rezando por él. Así lo estamos haciendo, Miguel.
Joaquín.
Joaquín.