El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste ... María, ya vi que aún sin tú guardar ninguna relación con el lugar -o sí-, la luz de ese día atrajo tu atención. Siempre hay momentos únicos.
De las fiestas, yo, poco te podría decir. De ellas, a duras penas guardo en mi mente unas cuantas imágenes fotográficas de mi niñez, que para mí, valen más que mil crónicas bien narradas, pero para el resto de los mortales, -salvo ciertas sensibilidades-, carecerían de valor. Por lo demás, en lo tocante a santos, santas, patrones, patronas, vírgenes, etc,... Karolina, no tiene importancia. De todas formas, si llegadas esas fechas se da la ocasión propicia y ves un atardecer en que crees que la luz tiene un algo especial, tú echas esa mirada hacia el mar por mí. Muy bonito F. G pero no se muy bien lo que me quieres decir...... Sorprendida gratamente y emocionada, al leer lo que has dedicado a éste pueblo, tu pueblo, el que te vió nacer y no cabe duda, mucho influenció en tí.
Hoy algo me trajo hasta aquí, aunque si soy sincera, visito de vez en cuando, sobre todo, me paro en ésta foto, lo mismo que cuando hemos vuelto al lugar, me he quedado apoyada en la balaustrada observando esa misma imagen, he de reconocer que la luz, por el nublado de ese día (11 de mayo 2008) tenia un encanto especial, tanto que ni me importó mojarme...