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LA HUELGA: RECUERDOS DE MI INFANCIA por Antonio Deras Delgado...

RECUERDOS DE MI INFANCIA por Antonio Deras Delgado (II)

Seguiré con “los Requenas”,
Juan Lorente, la “Angelica”,
y “el Volante”.
Personajes de La Huelga
siempre os llevo en mi mente
también Antonio Molina,
“Anica el Picor” y “los Caetes”.

Personajes de La Huelga
personajes importantes,
vaya con mi mayor respeto
el nombre de Juan “el Sastre”.

Personajes de La Huelga
personajes importantes.
Santo Dios! Antonio Joaquin
el Mejor!, Gran persona, gran Señor!
Gran caballero y gente de Honor!
Cuantos favores hiciste! Imposibles de pagar!
Por eso en mi corazón te llevo siempre un altar
Fuiste querido Antonio
médico, barbero, practicante y carpintero
agricultor y poeta y sobre todas las cosas
una persona discreta.

Me quedan todavía
el “tío Frasquito Elías”.
“La Rula”, la Cruz, “Ramón de Pepe”
“Juan de Ramón” y siguiendo
con las mujeres, “la María Encarnación”.
Seguro que me dejo alguno
alguno tal vez me olvidé
“la Tía Curruca”, “María La Tiesa”,
que al instante recordé.

Personajes de La Huelga
personajes “pa” querer.
Ya van quedando menos
pero todavía me quedan por eso
el “Tío Antonio el Pulpileño”
“El Pedrín”, “El Fico” y “El Macarejo”

Personajes de La Huelga
gentes de pura raza
aún me quedan “Los Clementes”
los de la tienda en la plaza
buena gente todos ellos
huelgueros como ninguno
alegres y serviciales
como la copa de un pino.

Desde siempre me causasteis
una extraña sensación
no era frío estoy seguro
pero tampoco calor
era yo muy chico entonces
mi nombre es Antonio Deheras
por lo que os pido perdón mis queridas “posaeras”.

Y ahora sí creo que ya está
con el “Tío Antonio Cazorla”
“el Pirrongo” y “la Esfoquetá”
“El Caucha con su don”
“El Tío Manolico” y “Antonio El Mariquitón”.

Personajes de mi pueblo
personajes de La Huelga
sólo falta una persona
en esta pequeña historia
fue una persona querida
muy querida de verdad
y dónde quiera que esté
yo le invito a perdonar.

Pido perdón yo primero
por la parte que me toca
y si no lo consiguiera
nada saldrá de mi boca.
Siempre fuimos muy amigos
eso sí que bien lo sé
y yo sigo siendo el mismo
querido amigo José.

Hago una mención especial
y de nuevo los repito
para mí fueron muy queridos
y entrañables los “Dieguito”.

PAISAJES DE LA HUELGA
Paisajes de mi pueblo
paisajes de La Huelga mía,
un pueblecito precioso
de la provincia de Almería.

Esos Blancos, ese río
esa bonita Ramblilla
a las faldas imponentes
de tu hermosa Molatilla.

Esa Molata, esa olla,
con sus charcos, sus ruinas
y sus vetas de tierra roya.

Ese Barranco las Cañas
ese cortijo Don Luís
ese bonito olivar
y al otro “lao” del barranco
con la cueva El Garrobal.

Enfrente del Olivar
y encima de la “Herraura”
existe un Santo Lugar
que en mi recuerdo perdura.

En ese Santo Lugar
desde mi más tierna infancia
están los restos queridos
de mi madre de mi alma.
Ese Cortijo Solano
junto a su hermano pequeño
contemplan embelesados
esa huerta de mis sueños.

Esa Huerta de La Huelga
esa maravilla sin fin
formó parte en otro tiempo
de mi forma de vivir.

Esa balsa de mi pueblo
siempre tuvo detractores
fue la playa de La Huelga
en contra de Paco Torres.

Esa balsa de La Huelga
con su cubo, su molino, su palmera
y su moral centenario
fue alegría de los chiquillos
durante muchísimos años.

SAN AGUSTÍN
También existe en La Huelga
y en muchos otros lugares
el Santo de mi devoción
encumbrado en los altares.
Ese Santo tan querido
se llama San Agustín
y el veintiocho de agosto
celebración de postín.
Son las fiestas de La Huelga
fiestas de gran tradición
yo las recuerdo de chico
con solera y esplendor.

LLEGANDO AL FINAL
Gentes de mi pueblo,
molestar no fue mi intención
pero si alguien se siente ofendido
por adelantado le pido perdón.

Y por último el autor,
soy el hijo de Torcuato
de Francisca y nieto
del Tío Antonio “El Pastor”.

REFLEXIÓN
Bueno amigos de La Huelga, hasta aquí este pequeño pero sentido homenaje a tantas personas y todas ellas tan queridas por mí.
No están todas las que son, pero sí son todas las que están.
Todos los personajes que han desfilado por esta pequeña crónica, fueron personas reales, entrañables, adorables y buenas. Cada una de ellas daría por sí sola para escribir un libro, con sus anécdotas, sus vivencias y formas de ser. Unos cascarrabias, otros con un genio de mil demonios, otros socarrones, pero todos ellos buenísimas personas. Dicen que a las personas mayores se nos va un poco la memoria y tiene que ser verdad porque yo muchas veces tengo dificultad para acordarme de lo que hice el día anterior. Y sin embargo les podría poner cara a todas estas personas que yo trataba hace más de 50 años.
Queridos Huelgueros/Huelgueras, estos son así por encima los recuerdos de mi infancia.
Un abrazo para todos.

EPÍLOGO
Bueno amigos de La Huelga, vecinos y paisanos, una vez que ya he bajado de la tarima de oradores y con los pies en el suelo debidamente identificado, lo primero que quiero deciros es que espero que nadie se haya molestado. Nada más lejos de mi intención al escribir esta pequeña crónica.
Lo he hecho quizá por necesidad. Espero que me entendáis (no las personas jóvenes que seguro que ni sabéis de mi existencia), pero sí las personas un poco más mayores habréis oído hablar de mí y de mi familia. Muy corta por cierto. Y esas personas un poco más mayores seguro que tienen formada una idea o un concepto sobre nosotros, o sea, sobre mi familia. Os pido por favor que no nos prejuzguéis, sobre todo con un espíritu muy crítico, los que como os digo sois un poco más mayores, si aún tenéis personas mayores que vosotros en vuestras casas, estoy seguro que esas personas siempre nos han apreciado.
Por eso tengo la necesidad de escribir todo esto. Seguro que para algunos de vosotros os parecerá una necedad, pero para mí ha sido un desahogo. Nunca fui una persona de amplia cultura. Toda mi “carrera” la hice en 2 ó 3 años. Que fui a la escuela con nuestro querido José Antonio “Don José” para los de mi quinta. Por lo que me cuesta un montón expresar mis sentimientos, pero como lo hago con cariño y sinceridad no estoy teniendo demasiadas dificultades.
Os pido como os digo un pequeño esfuerzo de comprensión, y por que no decirlo un poquito de simpatía hacía el recuerdo de lo que fuimos alguna vez.
Yo por mi parte me disculpo y si alguien se sintió alguna vez ofendido por nosotros no tendría inconveniente en pedirle todas las disculpas que crean necesarias.
Siempre creeré que es muy importante en la vida
PERDONAR, OLVIDAR Y QUERER
Antonio De Heras