Felix de cal, de sol, de
sierra. De aíre puro bajo el olmo de la
iglesia. El
agua de la
fuente, antiguamente de
caños sonoros y hoy mansos cayendo constanemente. Los
almendros y
olivos colgados en bancales en laderas.
Su antiguo
lavadero, antes pleno de voces femeninas entre el jabón y las
piedras, hoy, es solo testigo mudo de un pasado aún cercano y entreñable.
El viento " Nariguelo " frio, que hiela. Los cascos de los mulos que regresan con sus amos de la faena del
campo y van a beber a la fuente...
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