LAROYA.
Del libro : Hoy los viejos estorbamos y otros poemas.
De: Angel Rueda Martínez
En un terreno empinado / que solo escala la hiedra, / alguien, con ojo vendado, / con nervio desesperado / puso la primera piedra. / Mas estando la primera, / fueron otras colocando / y casas amontonando / desde la Poza a la Era, / y se fueron aguantando. / Asi Laroya nació, / con sus casas empinadas, / que fueron siempre empedradas / y hoy el cemento, alisó, / para ser mejor pisadas. / Y quedó entre tres montañas / pegada de una, a su falda, / como brillante esmeralda, / sujeta abajo, con cañas / y amarrada por la espalda. / Y lamiendo sus cimientos, / baja de la sierra el río, / a veces ronco y bravío, / arrastrando pensamientos, / y entre las rocas "metío". Es un pueblo que se afana, / pueblo de trabajadores, / donde, con intención sana, / hoy los hombres del mañana / se guían por sus mayores. / Donde su fiesta es cultura / con sus moros y cristianos, / raíces de unos hermanos / que trataron con hondura / los poemas castellanos. / Y así, con capa y espada / simulan distinta raza, / y en silencio, en la gran plaza / se oye una rima estudiada / que el cristiano en emboscada / al rey moro, le da caza. / "Antes que se ponga el sol / miralo por donde va, / te veras en mi poder, / con la cabeza "cortá". / Y son recuerdos, sus fiestas / de nuestra brillante historia / y su gente en la memoria / guardan cosas como estas / que son valores de gloria. / En el Domingo de Pascua / sus ya famosas cuartetas / reunen a sus poetas / poniendo al pueblo en un ascua / con unas poesias completas. / Todos van recopilando / lo que dentro el pueblo pasa / en el campo o en la casa / y luego lo van contando / en burra por "toa" la plaza. / "Parecen paveros nuevos, / Pedro Bombas y su suegra, / que echaron a un pavo huevos, / creyendose que era hembra. / Yo admito sus tradiciones / que no ha hecho polvo el progreso / y he de admirarlo por eso... / por eso... Y por mas razones.
Del libro : Hoy los viejos estorbamos y otros poemas.
De: Angel Rueda Martínez
En un terreno empinado / que solo escala la hiedra, / alguien, con ojo vendado, / con nervio desesperado / puso la primera piedra. / Mas estando la primera, / fueron otras colocando / y casas amontonando / desde la Poza a la Era, / y se fueron aguantando. / Asi Laroya nació, / con sus casas empinadas, / que fueron siempre empedradas / y hoy el cemento, alisó, / para ser mejor pisadas. / Y quedó entre tres montañas / pegada de una, a su falda, / como brillante esmeralda, / sujeta abajo, con cañas / y amarrada por la espalda. / Y lamiendo sus cimientos, / baja de la sierra el río, / a veces ronco y bravío, / arrastrando pensamientos, / y entre las rocas "metío". Es un pueblo que se afana, / pueblo de trabajadores, / donde, con intención sana, / hoy los hombres del mañana / se guían por sus mayores. / Donde su fiesta es cultura / con sus moros y cristianos, / raíces de unos hermanos / que trataron con hondura / los poemas castellanos. / Y así, con capa y espada / simulan distinta raza, / y en silencio, en la gran plaza / se oye una rima estudiada / que el cristiano en emboscada / al rey moro, le da caza. / "Antes que se ponga el sol / miralo por donde va, / te veras en mi poder, / con la cabeza "cortá". / Y son recuerdos, sus fiestas / de nuestra brillante historia / y su gente en la memoria / guardan cosas como estas / que son valores de gloria. / En el Domingo de Pascua / sus ya famosas cuartetas / reunen a sus poetas / poniendo al pueblo en un ascua / con unas poesias completas. / Todos van recopilando / lo que dentro el pueblo pasa / en el campo o en la casa / y luego lo van contando / en burra por "toa" la plaza. / "Parecen paveros nuevos, / Pedro Bombas y su suegra, / que echaron a un pavo huevos, / creyendose que era hembra. / Yo admito sus tradiciones / que no ha hecho polvo el progreso / y he de admirarlo por eso... / por eso... Y por mas razones.