Los datos de los primeros pobladores de
Lijar son muy antiguos, tal y como lo demuestran los petroglifos que se pueden encontrar en diversos puntos de su término municipal, entre los que destaca la llamada «
Piedra de la Herradura»,
piedras en las que el hombre primitivo dejó grabados
mensajes indescifrables. Cartagineses y púnicos fueron sustituidos por los
romanos, atraídos por la riqueza de metales en la comarca. Con la ocupación árabe parece que cobra más importancia la
agricultura, reduciéndose la actividad minera. En la época musulmana,
Almería cuenta con una pujante industria de telas finas, como el lino y la seda. Los telares de Lijar no llegaron al siglo XX, pero Pascual Madoz contabiliza unos 25 telares para la fabricación de telas de lino y cáñamo en el censo de esta población realizado en 1846.