La mujer que vendía magdalenas, una de ellas (Eran dos) mí tía María la más guapa, mujer de ojos azules, cariñosa, mí querida Paloma, así nos llamaba, se quedó viuda con dos hijas, ambas estudiaron en el Colegio de Huérfanos Ferroviarios en Alicante. La más pequeña y servidora nos pasábamos los días juntas, Hoy ambas viven y viven muy bien, la mayor en Pulpí, la pequeña en Barcelona, aunque se pasan el tiempo viajando, hace un par de meses estuvo por aquí, desgraciadamente no la pide ver, cuando ... (ver texto completo)