Existen restos arqueológicos en este municipio pertenecientes a la Prehistoria aunque no se pueden confirmar los datos de forma particular, aunque sí en relación con la comarca y los movimientos de población o asentamientos de la época del Argar. El nombre de
Partaloa se utiliza a partir del siglo XIX. En cuanto a la evolución sobre la propiedad histórica de Partaloa, habrá que hacer un estudio más profundo debido a los numerosos cambios de dueños que sufre al pasar tan pronto su término de tierras de realengo a tierras de señorío por favores de los reyes a sus colaboradores en la campaña de la conquista del reino de
Granada. Los Reyes Católicos dieron Partaloa a don Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado y segundo Marqués de Santillana. Este nombra alcaide de la fortaleza de
Cantoria a Muhammad Alajcar y de Partaloa a Muhammad Valenci. El Duque tuvo un pleito con Juan de Benavides, primer alcaide de la fortaleza de Purchena, al que los reyes dieron 200 fanegas de tierra y él las ocupa en las
fincas de Almizaraque y
Almanzora, las mejores del término de Cantoria, participando en este pleito Diego Gómez de
Burgos, corregidor de Vera, dando la razón al Duque. José Alvarez de
Toledo y Osorio
Córdoba y Guzmán, noveno nieto del primer Marqués de los Vélez, poseedor de los señoríos de Cantoria y Partaloa por
compra escriturada en
Murcia el 13-2-1501 a Diego Hurtado de Mendoza, Duque del Infantado. El 5 de octubre de 1515, Don Pedro Fajardo compró al Duque Cantoria y Partaloa en dos millones y medio de maravedíes, de los que 150 eran por los
edificios y fortalezas y el resto por los 470 vasallos que había entre ambas villas, a razón de 5.000 maravedíes cada uno. Diego de Béjar tomó posesión de Cantoria en nombre del Marqués el 18 de febrero, y el 22, de Partaloa, entregándolas a Pedro de Tortosa, nombrado por el Marqués alcaide de las mismas. La venta se confirmó en Murcia el 13 de junio del mismo año. Después de algunos pagos, el 16 de octubre de 1519 el Duque se dio por pagado de todo menos de 80.000 maravedíes de juro, que su padre dio en Cantoria y Partaloa a su esposa doña María de Luna y que estaban en poder de don Bernardino de Mendoza, arcipreste de
Guadalajara.