Llevo toda la vida veraneando allí y es una maravilla. Me escapo siempre que puedo, no sólo en verano, también en invierno. Lo mejor: los paseos por sus anchas playas, las canchas de tenis, y por supuesto salir al porche a tomar una espumosa cerveza al sol... Y, si te aburres, siempre puedes coger el coche y descubrir los maravillosos pueblos costeros, llegar hasta el cabo de gata...