Rodalquilar es un antiguo poblado minero cuyos orígenes se remontan (al menos) a inicios del Siglo XVI con la explotación de los alumbres del Obispado de
Almería.
La actividad minera se mantiene, con altibajos, entre los Siglos XVI y XX, explotándose diferentes sustancias minerales (amatistas para joyería en el siglo XVIII, caolines para
cerámicas en los siglos XIX y XX, andesitas para adoquines en el siglo XX, plomo y plata en el siglo XIX, oro en el siglo XIX y XX, etc.), hasta que en 1966 el INI, por medio de su empresa Adaro, cierra las
minas de oro que poseía en el
pueblo.
En Rodalquilar se vivió una fiebre del oro que empezó en la década de 1880, y acabó en la década de 1990. En esta fiebre del oro participaron diferentes empresas y particulares de distintos lugares
España, Europa y América. Consultando la estadística minera y metalúrgica de España, así como otras bases de datos mineras públicas y privadas, se puede constatar que fueron varias las minas destacadas a lo largo de la
historia minera de Rodalquilar en los siglos XIX y XX, siendo el "filón 340" el más importante de todas ellos.
Rodalquilar fue en otros tiempos un anejo de gran prosperidad. Junto a esas casitas antiguas pero bien conservadas, con un pequeño
jardín exterior y
patio trasero algo mayor, se localizaban los únicos yacimientos de oro de España. La "fiebre del dorado" fue intensa, pero efímera. En los años cincuenta se llegaban a obtener unos tres o cuatro gramos de oro por cada tonelada de tierra mineral extraída y conveniente tratada. Años hubo en los que se llegaron a robarle a las entrañas de la tierra hasta quinientos kilogramos del preciado metal, pero en los años sesenta la rentabilidad comenzó a ser menor, y a finales de esta década,
feliz para otros, las minas se cerraron.
Desde entonces, Rodalquilar tiene ese aire fantasmagórico de los viejos poblados mineros semiabandonados. Antiguas mansiones de aire señorial, con
puertas y
ventanas atrancadas y amplios
jardines descuidados, en contraste con otras más modestas de planta baja y humilde jardincito, pero cuidado por las amorosas manos de los hijos e incluso
los nietos de los mineros que ofrecieron su trabajo, su esfuerzo, su salud y su propia vida para que sus descendientes fueran propietarios de ese suelo. Actualmente, una parte del pueblo está siendo readaptada por la Consejería de Medio Ambiente como área de acampada.
En 1989, las minas de oro se reabrirán de una manera casi fugaz, para cerrar definitivamente en el año 1990. Se encuentra dentro del municipio de Níjar.
2021. Las minas siguen abandonadas e igual de impresionantes en su visita. El pueblo muy turístico y con mas vida
juvenil dado que están haciendo construcciones de
edificios detrás de las antiguas
casas de los mineros.