Todos la merecían sin excepción, un año de trabajo en las
minas y en aquellas condiciones se multiplicaba por varios años; en su momento nuestro
amigo Paco nos dio la estadística escalofriante de los fallecidos en corto espacio de tiempo, que Dios los tenga en su regazo pues se lo merecen, y los que aún viven pido que su vejez sea serena y tranquila que Dios los bendiga.