Buenas tardes a todo el foro:
Parece ser que días atrás a llovido bastante en nuestro Paraíso, según me cuenta nuestra amiga María Sánchez; ella se acuerda y me ha hecho recordar un año que diluvió y corría la rambla como un río y las casas nuevas quedaron aisladas del otro lado de la rambla; se acuerda cuando con cuerdas nos pasaban el pan en cestas desde el otro lado de la rambla, un día o dos después cuando las aguas perdieron algo de fuerza hicieron unos montones de piedras y tierra que cruzaban la rambla y sobre estos pusieron aquellas mesas tan largas que habían en el casino a modo de pasarelas para que los mineros pudiesen ir a su trabajo y las mujeres o los jóvenes pudiesen ir al economato a la compra diaria.
Cuanta nostalgia siento al recordar las noches de lluvia metido en mi cama con el colchón de farfolla mas tarde de borra y por último de lana con un par de mantas de aquellas que pesaban tanto, calentito y sintiendo el ruido del agua al caer por la canalera desde el tejado a tierra, son pequeños detalles que nunca se olvidan.
Amigo Leocadio, el día veinticinco fuimos a cenar toda la familia pues celebrábamos el cumpleaños de mi esposa y el primer brindis fue por ella pero el segundo en mi interior fue para vd, así que (la cerveza a su salud) está cumplido con creces con una buena cena regada con buen vino, pues así fue.
Otón, bienvenida es tu reincorporación a nuestra casa; quiero recordar que el día que tanto llovió alguien de tu familia tuvo algunos problemillas con el agua.
Mari Carmen, Paco, Isabel, Ginés etc no me olvido de vosotros.
Un abrazo.
Parece ser que días atrás a llovido bastante en nuestro Paraíso, según me cuenta nuestra amiga María Sánchez; ella se acuerda y me ha hecho recordar un año que diluvió y corría la rambla como un río y las casas nuevas quedaron aisladas del otro lado de la rambla; se acuerda cuando con cuerdas nos pasaban el pan en cestas desde el otro lado de la rambla, un día o dos después cuando las aguas perdieron algo de fuerza hicieron unos montones de piedras y tierra que cruzaban la rambla y sobre estos pusieron aquellas mesas tan largas que habían en el casino a modo de pasarelas para que los mineros pudiesen ir a su trabajo y las mujeres o los jóvenes pudiesen ir al economato a la compra diaria.
Cuanta nostalgia siento al recordar las noches de lluvia metido en mi cama con el colchón de farfolla mas tarde de borra y por último de lana con un par de mantas de aquellas que pesaban tanto, calentito y sintiendo el ruido del agua al caer por la canalera desde el tejado a tierra, son pequeños detalles que nunca se olvidan.
Amigo Leocadio, el día veinticinco fuimos a cenar toda la familia pues celebrábamos el cumpleaños de mi esposa y el primer brindis fue por ella pero el segundo en mi interior fue para vd, así que (la cerveza a su salud) está cumplido con creces con una buena cena regada con buen vino, pues así fue.
Otón, bienvenida es tu reincorporación a nuestra casa; quiero recordar que el día que tanto llovió alguien de tu familia tuvo algunos problemillas con el agua.
Mari Carmen, Paco, Isabel, Ginés etc no me olvido de vosotros.
Un abrazo.
