Buenas noches amigos:
Son tantos hechos ocurridos en nuestro Paraíso y por mí contados, que tengo que reconocer que me paso horas intentando recordar algo que realmente merezca la pena contarlo, para que pueda ser de ayuda al bonito proyecto que junto con las historias contadas por todos vosotros sean escritas en un libro; seguro que sería una gran alegría para mucha gente poder leer la vivencias de un pueblo, contadas por los que allí vivieron. Mi deseo, para que este libro pueda ser “parido” y todos nosotros podamos tenerlo entre nuestras manos.
Pequeña historia.
Teniendo yo 5 años, año 57, vinieron de Argentina mi tía y su marido Antonio Méndez y se quedaron a vivir en el cortijo Los Méndez que era de la familia;
Los niños en el colegio habíamos aprendido que habían pájaros que hablaban, pero de esto, a verlos, pues había distancia, la misma que había de los colegios hasta Los Méndez, pues habían traído un loro argentino de unos colores vistosos y que hablaba como un charlatán, y cuando acababa el colegio todos los niños corriendo para Los Méndez para ver al loro Pepito pues por este nombre atendía el bicho, recuerdo a mi tía nerviosa con tanto crío pidiéndole al loro que hablara y tratando de tocarlo, pues el loro tenía muy malas pulgas y a los únicos que no picaba era a mi tío y a su hermano Pepe Méndez; seguro que alguno os acordáis del famoso Pepito y hasta nuestro amigo Paco es posible que lo viera en Los Méndez en los años 70 y 80 pues mi tío se lo regaló a su sobrino Diego Méndez y lo tenía en casa de su madre Nicolasa en la puerta del cortijo. Mis tíos pusieron allí un bar- tienda, pero al año tuvieron que cerrar y marchar a Almería, pues clientes de toda aquella zona no le faltaban, pero se hinchaban de beber vino y cuando tenían que pagar pues decían el clásico (apúntamelo) y el dinero que trajeron de Argentina se les acababa, comprando no cobrando y los libros de apuntes engordando.
A tod@s un abrazo.
Son tantos hechos ocurridos en nuestro Paraíso y por mí contados, que tengo que reconocer que me paso horas intentando recordar algo que realmente merezca la pena contarlo, para que pueda ser de ayuda al bonito proyecto que junto con las historias contadas por todos vosotros sean escritas en un libro; seguro que sería una gran alegría para mucha gente poder leer la vivencias de un pueblo, contadas por los que allí vivieron. Mi deseo, para que este libro pueda ser “parido” y todos nosotros podamos tenerlo entre nuestras manos.
Pequeña historia.
Teniendo yo 5 años, año 57, vinieron de Argentina mi tía y su marido Antonio Méndez y se quedaron a vivir en el cortijo Los Méndez que era de la familia;
Los niños en el colegio habíamos aprendido que habían pájaros que hablaban, pero de esto, a verlos, pues había distancia, la misma que había de los colegios hasta Los Méndez, pues habían traído un loro argentino de unos colores vistosos y que hablaba como un charlatán, y cuando acababa el colegio todos los niños corriendo para Los Méndez para ver al loro Pepito pues por este nombre atendía el bicho, recuerdo a mi tía nerviosa con tanto crío pidiéndole al loro que hablara y tratando de tocarlo, pues el loro tenía muy malas pulgas y a los únicos que no picaba era a mi tío y a su hermano Pepe Méndez; seguro que alguno os acordáis del famoso Pepito y hasta nuestro amigo Paco es posible que lo viera en Los Méndez en los años 70 y 80 pues mi tío se lo regaló a su sobrino Diego Méndez y lo tenía en casa de su madre Nicolasa en la puerta del cortijo. Mis tíos pusieron allí un bar- tienda, pero al año tuvieron que cerrar y marchar a Almería, pues clientes de toda aquella zona no le faltaban, pero se hinchaban de beber vino y cuando tenían que pagar pues decían el clásico (apúntamelo) y el dinero que trajeron de Argentina se les acababa, comprando no cobrando y los libros de apuntes engordando.
A tod@s un abrazo.
