El día 3 Martes por la tarde, me fui con mi mujer a Cambrils y no me llevé el P. C, (portátil) acabo de llegar a Manresa, y lo primero que he hecho a sido abrirlo y tener una gran alegría al ver los mensajes de mis amig@s.
Quiero darle las gracias a Ginés por su gran trabajo; en realidad yo solo le apunté algún pequeño comentario sobre el Guaruja, de todo lo demás el es el
(Culpable) yo nunca hubiese conseguido tanta información y con ello nuestro amigo Leocadio y vds tienen una buena información de los hechos y alguna dirección que yo nunca hubiese sabido dárselas. Ginés muchas gracias.
Leocadio, se muy bien lo que vd sentía cuando vigilaba el paso del barco hacia su querida patria chica; algo similar siento yo por la distancia de la mía, aunque no tengo como vd, una bonita atalaya como el cerro de la torre para poder decirle a alguien que le diga a mi tierra, que la quiero y nunca la olvido.
María gracias por recordarme del nombre de la pequeña de Juan Felices; recordar que en casa de Felices, primero vivió Antonio Muñoz y su mujer Encarna con 5 hijos; Antonio dejó la mina año 57 y vino a Manresa y por esta familia está la mia en esta ciudad.
Saludos.
Quiero darle las gracias a Ginés por su gran trabajo; en realidad yo solo le apunté algún pequeño comentario sobre el Guaruja, de todo lo demás el es el
(Culpable) yo nunca hubiese conseguido tanta información y con ello nuestro amigo Leocadio y vds tienen una buena información de los hechos y alguna dirección que yo nunca hubiese sabido dárselas. Ginés muchas gracias.
Leocadio, se muy bien lo que vd sentía cuando vigilaba el paso del barco hacia su querida patria chica; algo similar siento yo por la distancia de la mía, aunque no tengo como vd, una bonita atalaya como el cerro de la torre para poder decirle a alguien que le diga a mi tierra, que la quiero y nunca la olvido.
María gracias por recordarme del nombre de la pequeña de Juan Felices; recordar que en casa de Felices, primero vivió Antonio Muñoz y su mujer Encarna con 5 hijos; Antonio dejó la mina año 57 y vino a Manresa y por esta familia está la mia en esta ciudad.
Saludos.
Hola Ramón, y recordando la casa de Felices, después pasaron a vivir Juan Martinez e Inocencia con tres hijas, Mª José, Chencho y Sole ¿lo recuerdas?.
Este verano nos hemos vuelto a ver pues tienen una casa al lado del barecillo y
hablando del foro estuvimos hablando de ti y Mª José me dió recuerdos para ti pues ella te recuerda haber si tu la recuerdas.
Abrazos Maria
Este verano nos hemos vuelto a ver pues tienen una casa al lado del barecillo y
hablando del foro estuvimos hablando de ti y Mª José me dió recuerdos para ti pues ella te recuerda haber si tu la recuerdas.
Abrazos Maria
Hola María:
Me has dado una inmensa alegría al hacerme recordar días tan bonitos de mi infancia; me acuerdo perfectamente de Juan Martínez y su familia, Juan era chofer y me acuerdo de un accidente que tuvo con el Pegaso cuando ya plegaba y estaba llegando a las cocheras y le fallaron los frenos. La última vez que estuve 15 días de vacaciones y de esto hace ya 20 años, fuimos con mi mujer y mis hijos a cenar la noche antes de venirme a la plaza del tenis al bar. De Paco Albacete que tenía las dos guapas hijas brasileñas, poco antes de llegar donde tenía la tienda José Pérez vi. dos o tres mujeres sentadas al lado de lo que había sido la tienda, que estaban tomando el fresco y charlando, al llegar a su altura enseguida conocí a Inocencia Palenzuela y Teresa la de Manuel Indala, les di las buenas noches y ellas me contestaron, me paré y pregunté si no me conocían a lo que Teresa dijo que no pero Inocencia me miraba y me decía, te conozco porque tu cara me es muy familiar, pero no atino a decir de quien es esta cara; le dije que era la cara de Apolinar, Inocencia se levantó y se abrazó a mí como si fuese un hijo, después lo hizo Teresa; nos pusimos a hablar y a recordar y me dice Inocencia, maña viene tu novia y yo le pregunté ¿Chencho? Me dijo que si; no la pude ver pues al día siguiente me marché. Cuando teníamos unos diez años Mª José y Chencho iban mucho a casa de su abuela la tía Mª Palenzuela que vivía al lado de mi casa y nos pasábamos el día jugando y decíamos Chencho y yo que éramos novios y nuestros padres se reían, y me acuerdo que a mí me daba mucha vergüenza; nos despedimos pidiéndole a Inocencia que diera muchos recuerdos a sus hijas y estoy seguro que así lo hizo. Al dejarles, mi mujer me dijo, he podido comprobar que la gente de aquí es muy cariñosa, a lo que le contesté, como verás este pueblo es como una familia; me tiró de la oreja y me dijo, cuando nos conocimos me dijiste que nunca habías tenido novia y los dos nos reímos.
María, gracias por hacerme recordar, momentos tan inolvidables de nuestra infancia.
Un beso y abrazo de tu amigo.
Ramón
Me has dado una inmensa alegría al hacerme recordar días tan bonitos de mi infancia; me acuerdo perfectamente de Juan Martínez y su familia, Juan era chofer y me acuerdo de un accidente que tuvo con el Pegaso cuando ya plegaba y estaba llegando a las cocheras y le fallaron los frenos. La última vez que estuve 15 días de vacaciones y de esto hace ya 20 años, fuimos con mi mujer y mis hijos a cenar la noche antes de venirme a la plaza del tenis al bar. De Paco Albacete que tenía las dos guapas hijas brasileñas, poco antes de llegar donde tenía la tienda José Pérez vi. dos o tres mujeres sentadas al lado de lo que había sido la tienda, que estaban tomando el fresco y charlando, al llegar a su altura enseguida conocí a Inocencia Palenzuela y Teresa la de Manuel Indala, les di las buenas noches y ellas me contestaron, me paré y pregunté si no me conocían a lo que Teresa dijo que no pero Inocencia me miraba y me decía, te conozco porque tu cara me es muy familiar, pero no atino a decir de quien es esta cara; le dije que era la cara de Apolinar, Inocencia se levantó y se abrazó a mí como si fuese un hijo, después lo hizo Teresa; nos pusimos a hablar y a recordar y me dice Inocencia, maña viene tu novia y yo le pregunté ¿Chencho? Me dijo que si; no la pude ver pues al día siguiente me marché. Cuando teníamos unos diez años Mª José y Chencho iban mucho a casa de su abuela la tía Mª Palenzuela que vivía al lado de mi casa y nos pasábamos el día jugando y decíamos Chencho y yo que éramos novios y nuestros padres se reían, y me acuerdo que a mí me daba mucha vergüenza; nos despedimos pidiéndole a Inocencia que diera muchos recuerdos a sus hijas y estoy seguro que así lo hizo. Al dejarles, mi mujer me dijo, he podido comprobar que la gente de aquí es muy cariñosa, a lo que le contesté, como verás este pueblo es como una familia; me tiró de la oreja y me dijo, cuando nos conocimos me dijiste que nunca habías tenido novia y los dos nos reímos.
María, gracias por hacerme recordar, momentos tan inolvidables de nuestra infancia.
Un beso y abrazo de tu amigo.
Ramón