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RODALQUILAR: Soledad....

Soledad.
Sabemos donde está el barranco los pavos, pero a mi pregunta ¿dónde está el cortijo te la tía Soledad? Seguro que alguien de los que leen lo sabe pero le da vergüenza escribir y decirlo. Yo me puedo equivocar aunque no en este caso, pues pregunté este verano a una mujer que quiero no como a mi madre, pero sí mucho, a Pilar Jiménez. Yo recordaba muy bien este cortijo, pero le pregunté por si las moscas!. Amigo Otón, alguna vez has comentado que tu padre compraba la cosecha de brevas e higos a Bernabé (el cacho) mas arriba de los gorriones; pues mas arriba de los Gorriones pero con dirección a Piedra Negra
estaba el cortijo Soledad, recuerdo muy bien que detrás del cortijo a una corta distancia había una obra redonda no muy alta hecha de piedra, me atrevería a decir que aquello era una antigua noria. Muy pequeño era, pero recuerdo como en un sueño, haber estado con mi madre una tarde en aquel cortijo hablando con una mujer ya muy mayor vestida de riguroso negro y con pañuelo del mismo color cubriéndole la cabeza. En la puerta del cortijo habían alguna palmera y algunas higueras y recuerdo que de la rama de una de estas había colgando una especie de bolsa bastante grande hecha de esparto, tejida como una red parecida a la que usaban para llevar la paja desde la era hasta el pajar solo que los agujeros eran mas pequeños. Dentro de aquella bolsa de esparto había una gallina “llueca” con los pollitos. No lo he soñado, aquello lo ví, posiblemente los metían allí para que los zorros no hicieran de las suyas pues sabido es que estos se metían hasta en el gallinero de nuestras casas. A aquella zona le llamábamos (la cañá) la cañada. Mirando el Google Earth donde están los Gorriones hay dos iconos (jardín de los sueños) un poco mas abajo al sur hay solo un icono (Soledad) aun se aprecian las ruinas de lo que fue otro de (nuestros) cortijos.
Nota: Seguro que el amigo Ginés conoce a Bernabé (el cacho) hijo, posiblemente también llegó a conocer al padre. Este verano lo vi en Las negras aunque no pude hablar con el, es el dueño de un supermercado que hay entrando al lado derecho.
Que bonito es recordar nuestras vivencias de días ya tan lejanos, y a la vez nos hace sentirnos niñ@s, al recordarlos. Un abrazo amig@s.