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RODALQUILAR: Ginés, hoy e recibido las imágenes entre otras, del...

Buenas noches, Curro. Acabo de recibir la sorpresa que me comentaste los otros días por teléfono y te confieso que me ha pasado como a nuestro amigo Leocadio: he sentido una inmensa mezcla de alegría y tristeza a la vez. La alegría me la dáis personas de tu talla que sabéis compartir unas imágenes que a mi familia le traerán muchos recuerdos de sus veranos en el cortijo, especialmente a mis primos de Murcia, que son actualmente los que realmente pasaron muchas temporadas en ese rincón tan especial para nosotros. Pero me domina la rabia incontenida, como a nuestro amigo Leocadio, me hierve la sangre de ver lo que entonces hicieron con lo que era aún un edificio en pie, aunque no hace falta decir que en estado abandonado, ruinoso y falto de una buena restauración. Y eso fue lo que acometió con todos los permisos un año más tarde mi prima Adriana con su familia. Pero el sino de este cortijo tenía sus días contados porque estaba en el radar de la bestia humana, en la órbita de una hipócrita administración que destrozó gran parte de cuanto había en pie. Todo un compendio de mentiras calladas en el transcurrir de los años, que pudieran justificar semejante atropello. Solo silencio y un puñado de ruinas es el resultado. Pero qué panda de canallas y cobardes. Y qué suerte tuvieron de que los tres últimos buceadores de la Polacra tuvieran entonces sus armas encomendadas en otros fines seguramente más nobles que éste, después de que alguno de ellos hubiera dispersado alguna manifestación de amigos de los asesinos por otras tierras de España. Hubiese sido suficiente con haberles visto correr huyendo del cortijo y de sus defensores. Aunque soy un pesado, perdonarme que me repita pero un antiguo guerrillero de operaciones especiales, un buceador de combate y quien suscribe, de ninguna de las maneras hubiéramos consentido semejante destrucción por interés particular y en el interés de un pueblo y sus gentes, destrucción que llevaba consigo bastante más que el derribo de un edificio singular en este paraje de España y de nuestro Valle querido. Medio Ambiente, el Ayuntamiento de Níjar, todos con nombre y apellidos tenían muy claro que había que eliminar de un plumazo un edificio que tenía mucho que ver con mi familia, especialmente con Joseico Torres y su pasado. Y las vueltas que da nuestra historia a menudo tergiversada por quienes la cuentan: ojo al dato que en otra época al amanecer cualquiera de las fachadas y muros de ese cortijo hubiera servido de paredón de estos canallas. Pero qué asco de política y de politicuchos personajes que votamos cada cuatro años. A quién quieren engañar ya. Ya está bien de tanta mentira. Algunos con el tiempo van a superar las cuatro décadas en el poder. Pero seamos sensatos y pongamos los pies en el suelo. Con nuestra Carta Magna quedó abolida la pena de muerte y atropellos como éste se deben pagar, si no con la cárcel, al menos mediante indemnizaciones a los perjudicados. Y en esta desagradable historia como en tantas otras muchas a nadie le ha ocurrido nada. Y la emprendieron contra los murallones de ese edificio en el que tantas veces amigo Leocadio cumpliste con honor una de tus obligaciones más nobles: dar tranquilidad a las gentes de estas tierras con la presencia vigilante de los miembros del benemérito instituto. Amigo Leocadio, tengo muy claro que estos señoritos de la política de hoy en día no van a reconstruir una sola piedra mientras que este hecho, aislado ya en el tiempo, permanezca callado y silenciado, pero no estaría de más denunciarlo aunque solo fuera para servir a la vez como ejemplo y escarnio para sacar a la luz y con claridad las troperías y abusos de autoridad de estos señores que tenemos por gobernantes. Y qué más da el color de la camisa que dicen representar: por detrás de su falsa apariencia siempre se esconde su gran habilidad en el manejo del taco o del fajo, lo mismo da. De nada sirven nuestros cabreos amigo Leocadio, pués como bien dice nuestro amigo Curro el PARAÍSO nunca nos lo van a quitar. Pero no estaría de más pedir que se hiciera justicia. Legalmente ya es tarde, pero quizás moralmente no sea tarde para desagraviar este ataque a la historia del Playazo de Rodalquilar. A "Ajo y agua" por suerte o por desgracia llevo desde hace más de 17 años y no descansaré hasta que este asunto se aclare y se muestre a la luz pública. Estoy más que acostumbrado después de casi 25 años en mi trabajo a acatar órdenes, con gusto y sin gusto, simplemente por obligación. Pero los abusos como éste no estoy dispuesto a consentirlos. Con los años he aprendido a sufrirlo y padecerlo, y siempre intentando controlar mis impulsos.
Pero por encima del impacto doloroso que me producen las imágenes de algo que yo conocí me quedo con lo más importante que es como empecé esta reflexión en voz alta: la generosidad de nuestro amigo Curro. Esta es la prueba de lo que había en pie antes de la canallada que vino después: y no es ni tristemente será la única. Pero para mí es el recuerdo principal de ese pedazo de historia de este pueblo. Y por eso te lo agradezco infinitamente de corazón, amigo Curro. Lo conservaré toda la vida como historia de nuestra tierra.
Un fuerte abrazo a todos a cuantos os duele que hayan intentado destruir nuestro PARAÍSO. Este es uno de los muchos ejemplos que hemos padecido quienes amamos esta tierra.
Pero a pesar de las malas intenciones de nuestros falsos señores politicuchos, PARAÍSO tenemos para rato.
Ginés Torres
Un servidor.

Ginés, hoy e recibido las imágenes entre otras, del que fue un cortijo emblemático en nuestro valle. “Cortijo Los Torres”. Este verano pasando con el coche por delante de donde en su día estaba el cortijo, intenté localizar sus ruinas pero quizás no las supe ver o quizás no dejaron piedra sobre piedra los que mandados por un o unos caciques cumplieron con lo que les habían mandado. (Que no queden señales de que allí ha habido una pequeña pero importante parte de la historia de este valle y a la vez de España). Posiblemente estas habían sido las órdenes. Pero, muy a pesar de ellos, no pueden borrar de las bocas de los que allí hemos nacido o vivido, el nombre de “Los Torres”… la palabra y los recuerdos no se derriban con una picota.
La imagen del cortijo al lado izquierdo antes de llegar a este tomada desde el coche, particularmente me trae muchos recuerdos al verla, pues, (ya estábamos llegando al Playazo). Hay otra bonita imagen que estoy seguro que cuando la vea tu prima Adriana…… desde el interior y a través de una ventana se ve el mar muy cercano, las cantareras los basares para poner los platos y cristalería.
Desde aquí aprovecho para darle las gracias a nuestro amigo Curro por compartir con nosotros esas imágenes que tantos recuerdos nos trae, casas nuevas, el cuartel, el tren, el bar de Ramón el del vino, la chofecilla el campo de fútbol, etc. etc.
Saludos a todo un pueblo
RODALQUILAR
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
sr. perez montoya, los recuerdos, la memoria no se derriban con un pico y una pala, pero si el patrimonio y yo le digo.
como decia mi abuela, muerto el burro la ceba al rabo, los sentimientos siempre quedan, pero la realidad es muy cruel, y es lo que está presente
el cortijo lo tiraron y así se quedó, por los siglos de los siglos amén.
manuel montoya