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RODALQUILAR: Han pasado ya entre 45 y 55* años de lo vivido por...

Han pasado ya entre 45 y 55* años de lo vivido por muchos de nosotros en ese bendito pueblo. (La matanza). En aquella época por estas fechas, con la llegada del frío en muchos patios de aquellas humildes casas solían haber un par de haces de leña que el hombre de la casa había cogido por aquellos montes después de su turno en la mina, en un próximo día serían quemados debajo de las estreves y de la caldera para hervir agua que se usaría para pelar el cerdo, hervir morcillas, blanquillo, freír lomos y chorizos; alimentos que unos colgarían de las cañas en los techos de aquellas casas impregnando a éstas del clásico olor a matanza, otros quedarían a buen recaudo en sus tinajas con aceite o manteca y un par de buenos jamones colgados de las alfajías. Aquello era una gran ayuda para aquellas familias que en referencia a alimentos “no les sobraba nada”.
Para nosotros los niños, la matanza era una fiesta. La noche anterior casi no dormíamos de los nervios pensando que por la mañana vendría Joaquín el (colorin) con su faca para matar el cerdo, y así era, casi sin haber despuntado el día el pobre animal yacía muerto sobre la mesa y los hombres echándole agua hirviendo para pelarlo. Las mujeres ya estaban remangadas y con sus pañuelos en la cabeza como medida de higiene esperando que descuartizaran al animal y empezar a lavar las tripas que luego quedarían llenas de sabrosos embutidos.
Los niños * teníamos la costumbre de coger tacos de lomo de los lebrillos que estaban preparados para freír y meter en tinajas, y nos íbamos a asarlos en la lumbre de la caldera donde ya hervían las morcillas de cebolla.
Siempre se invitaba a una familia vecina para que la mujer y el hombre ayudasen en la faena. Al medio día se paraba para comer la deliciosa (fritá) hígado, tomate, pimiento, cebolla y patatas fritas cortadas como el tamaño de un gajo de naranja, comida acompañada por una garrafa de vino del cual solía quedar poco. Por la noche la comida era un buen plato de berza con su sabor a nueva morcilla.
¡Nunca olvidaremos estos días que vivimos junto a nuestros seres queridos en aquellos tiempos, en La Matanza.
*En mi caso, otros será más o menos.
A todos, un abrazo.