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Buenas noches, Leocadio.
La llamada de la noche del miércoles ha sido para mi como una bocanada de aire fresco procedente de mis más lejanos recuerdos. Me hizo recordar y por ende, revivir, todos aquellos momentos de mi más tierna infancia (hasta donde puedo llegar), tratando de encontrar los personajes y las situaciones de todo tipo que me contaba.
Me sorprendió gratamente su amor hacia este Valle nuestro, El Campillo. Su conocimiento y discernimiento de las situaciones de aquellos años en los que vivió aquí, donde conoció a toda esa clase humana que nos precedió y a la que, sólo oyéndole por teléfono, me consta que amó. Por eso quiero darle las gracias, Leocadio, por el cariño con el que me contaba cosas de mi familia.
También quiero agradecerle la inmerecida opinión que vierte en su mensaje sobre el Ajillo. Todo lo que hemos hecho, mi querida esposa Antonia Alcaraz y yo, ha sido trabajar para poder seguir viviendo en este Valle, el de nuestros padres y abuelos, y ahora más que nunca, el de todas aquellas personas que lo aman, de manera digna y apoyándonos en los valores que nos han transmitido (trabajo, sacrificio, honestidad).
En otro orden de cosas, Leocadio, comentarle que he echado un vistazo por encima a su "apuesta", y aunque alguno de los "foreros" me son conocidos sólo por oídas, sí que me ha alegrado saber de otros que no sabía nada desde hacía muchísimo tiempo.
Espero poder aportar mi granito de arena, en cuanto disponga de un poco de tiempo, y ponerme al corriente de esos temillas que leo están últimamente latentes.
Para terminar, decirle una vez más, que le agradezco de todo corazón su llamada y que me haya iniciado en este foro del reencuentro.
Un fuerte abrazo.
Joaquin Berenguer (Joaquinico Indala).
La llamada de la noche del miércoles ha sido para mi como una bocanada de aire fresco procedente de mis más lejanos recuerdos. Me hizo recordar y por ende, revivir, todos aquellos momentos de mi más tierna infancia (hasta donde puedo llegar), tratando de encontrar los personajes y las situaciones de todo tipo que me contaba.
Me sorprendió gratamente su amor hacia este Valle nuestro, El Campillo. Su conocimiento y discernimiento de las situaciones de aquellos años en los que vivió aquí, donde conoció a toda esa clase humana que nos precedió y a la que, sólo oyéndole por teléfono, me consta que amó. Por eso quiero darle las gracias, Leocadio, por el cariño con el que me contaba cosas de mi familia.
También quiero agradecerle la inmerecida opinión que vierte en su mensaje sobre el Ajillo. Todo lo que hemos hecho, mi querida esposa Antonia Alcaraz y yo, ha sido trabajar para poder seguir viviendo en este Valle, el de nuestros padres y abuelos, y ahora más que nunca, el de todas aquellas personas que lo aman, de manera digna y apoyándonos en los valores que nos han transmitido (trabajo, sacrificio, honestidad).
En otro orden de cosas, Leocadio, comentarle que he echado un vistazo por encima a su "apuesta", y aunque alguno de los "foreros" me son conocidos sólo por oídas, sí que me ha alegrado saber de otros que no sabía nada desde hacía muchísimo tiempo.
Espero poder aportar mi granito de arena, en cuanto disponga de un poco de tiempo, y ponerme al corriente de esos temillas que leo están últimamente latentes.
Para terminar, decirle una vez más, que le agradezco de todo corazón su llamada y que me haya iniciado en este foro del reencuentro.
Un fuerte abrazo.
Joaquin Berenguer (Joaquinico Indala).
Hola Joaquín: permíteme que me dirija a ti para que me saques de dudas; verás, quisiera saber si tú eres aquel Joaquín que yo recuerdo como alumno de D. José Fornieles Canet desde los años 54, 55, 56, 57 y 58 aproximadamente. El niño Joaquín que yo recuerdo, estaba en una fotografía de un equipo de fútbol de la escuela de D. José. En esta foto estábamos entre otros, Evaristo Gil Picón (que en paz descanse), Rogelio, Juan Hidalgo, Pelayo, José bigotes, un tal Joaquín, (que no sé si eras tu) el "Sobrino" y yó. Aquel partido lo jugamos contra la escuela de D. Jesús y lo perdimos por un gol a cero y de penalty marcado en extrañas circustancias, ya que la pelota aquella de badana se desinfló cuando se dirigía hacia el marco que defendía el "Sobrino" describiendo así una trayectoria en arco que no la paraba ni Ramallest. Arbitró ese encuentro, el que era futbolista del Adaro "Angelillo". Aquel partido lo jugamos en medio campo; se colocaron unas porterías de madera mucho mas pequeñas que las reglamentarias en las líneas de banda y las líneas del medio campo y la de la portería lado al casino nos servían de bandas. El tiempo jugado fué de media hora en cada una de las dos partes. Como ves, he aprovechado para contar algo que también es un poquito de historia de nuestra niñez.
Para mí será una gran satisfación si alguien lee este mensaje que, comente algo de esto. Creo que a tod@s nos gusta que nos recuerden hechos de nuestro pasado por Rodalquilar. Joaquín y tod@s l@s que nos leen, desde Sant Boi de Llobregat, recibís el afecto de Manuel Méndez Compán.
Para mí será una gran satisfación si alguien lee este mensaje que, comente algo de esto. Creo que a tod@s nos gusta que nos recuerden hechos de nuestro pasado por Rodalquilar. Joaquín y tod@s l@s que nos leen, desde Sant Boi de Llobregat, recibís el afecto de Manuel Méndez Compán.