Casitas blancas.
Mucha luz tiene nuestro pueblo, pero aun resplandecía más cuando lo mirábamos a cierta distancia con aquellas casitas y cortijos recién blanqueados.
Nada extraño era ver en primavera, a una mujer subida en una escalera normalmente hecha de pitacos, ataviada con unos pantalones del marido y con un pañuelo en la cabeza, con un cubo y un escobón hecho de palma, blanqueando a la vez que cantaba alguna vieja canción.
Pero hubo un año el cual no recuerdo exactamente aunque me atrevería a decir que fue el 58 cuando vino el que hoy es nuestro Rey, el príncipe J. Carlos, de visita a (nuestras minas).
Normalmente la cal se la compraban a la “tía mitailla” creo que se llamaba Ángeles, venía con su borriquilla con los serones cargados de cal, vendiéndola una vez que la pesaba con su romana. Pero aquel año la cal la pagaba la empresa; mirando la planta desde abajo, al lado derecho en la falda de la montaña había una casa “la calera” a la cual recuerdo que acudían las mujeres con calderos para que le diesen la cal. Aquel día acompañé a mi madre a por aquellas piedras blancas que luego las ponía dentro de una tinaja que ya tenía para este menester y al echarle agua aquellas piedras hervían y a su vez el agua, así se (apagaba) la cal. Una vez enfriada, a blanquear aquellas paredes tanto por fuera como por dentro de la casa, acababan cansadas pues eran muchos metros y muchos escobonazos los que tenían que dar y muchos escalones de pitaco que subir y bajar. Hoy en día no se blanquea, se llama al pintor y se pinta la casa de colorines.
Los hombres también tenían su faena, subir al terrao y en un cubo hacía una mezcla clara, de agua y cemento la cual la extendían con un escobón por todo el terrao para evitar las goteras, su otra faena era limpiar y embadurnar con aceite de oliva las alfajías del techo de la casa.
Nota: Hoy si algo se blanquea, es el dinero. ¡Cómo cambian los tiempos!
¿Alguien se acuerda del hecho, y si fue por la visita del Príncipe?
Son tantos los recuerdos………
Un abrazo.
Mucha luz tiene nuestro pueblo, pero aun resplandecía más cuando lo mirábamos a cierta distancia con aquellas casitas y cortijos recién blanqueados.
Nada extraño era ver en primavera, a una mujer subida en una escalera normalmente hecha de pitacos, ataviada con unos pantalones del marido y con un pañuelo en la cabeza, con un cubo y un escobón hecho de palma, blanqueando a la vez que cantaba alguna vieja canción.
Pero hubo un año el cual no recuerdo exactamente aunque me atrevería a decir que fue el 58 cuando vino el que hoy es nuestro Rey, el príncipe J. Carlos, de visita a (nuestras minas).
Normalmente la cal se la compraban a la “tía mitailla” creo que se llamaba Ángeles, venía con su borriquilla con los serones cargados de cal, vendiéndola una vez que la pesaba con su romana. Pero aquel año la cal la pagaba la empresa; mirando la planta desde abajo, al lado derecho en la falda de la montaña había una casa “la calera” a la cual recuerdo que acudían las mujeres con calderos para que le diesen la cal. Aquel día acompañé a mi madre a por aquellas piedras blancas que luego las ponía dentro de una tinaja que ya tenía para este menester y al echarle agua aquellas piedras hervían y a su vez el agua, así se (apagaba) la cal. Una vez enfriada, a blanquear aquellas paredes tanto por fuera como por dentro de la casa, acababan cansadas pues eran muchos metros y muchos escobonazos los que tenían que dar y muchos escalones de pitaco que subir y bajar. Hoy en día no se blanquea, se llama al pintor y se pinta la casa de colorines.
Los hombres también tenían su faena, subir al terrao y en un cubo hacía una mezcla clara, de agua y cemento la cual la extendían con un escobón por todo el terrao para evitar las goteras, su otra faena era limpiar y embadurnar con aceite de oliva las alfajías del techo de la casa.
Nota: Hoy si algo se blanquea, es el dinero. ¡Cómo cambian los tiempos!
¿Alguien se acuerda del hecho, y si fue por la visita del Príncipe?
Son tantos los recuerdos………
Un abrazo.
Amigo Ramón. En la hemeroteca de algún periódico nacional que no nacionalista se escribió el 24 de junio de 1964 que el día 27 por la mañana el entonces "Príncipe Don Juan Carlos y su esposa, la Princesa Doña Sofía girarán visitas a las zonas de colonización de Níjar y minas auríferas de Rodalquilar".
Algunos ni siquiera habíamos nacido.
Un fuerte abrazo.
Algunos ni siquiera habíamos nacido.
Un fuerte abrazo.
Apreciable amigo Ginés: permíteme que entre en la conversación entre tu y nuestro amigo Ramón Pérez Montoya. Quisiera aclarar que quizás vosotros os referís a otra visita del príncipe Juan Carlos a Rodalquilar porque yo, la única visita que recuerdo de cuando nuestro rey D. Juan Carlos y que entonces era príncipe, fue anterior a esa fecha y yo diría, que fue por el año 57 ó 58 y despues de la visita de Franco. No se si estoy confundido, pero creo que aún iba yo, al colegio de D. José Fornieles. En esta visita del príncipe, recuerdo que llevaba el uniforme de la marina. No recuerdo lo de blanquear las fachadas en aquella fecha. Si recuerdo, que cuando fue Franco, se adornó con piedras blanqueadas, ambos lados del camino ó calle que va desde la esquina del bar del Pintao hasta la iglesia. En esta visita a la que me refiero, el príncipe Juan Carlos, aún no estaba casado. En el año 64, yo, ya no estaba en Rodalquilar.
Saludos de Manuel Méndez Compán
Saludos de Manuel Méndez Compán