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RODALQUILAR: Hace mucho tiempo que no entro en el foro de forma...

Hace mucho tiempo que no entro en el foro de forma participativa, pues me limito a entrar, cada 15 ó 20 días, para leer los mensajes no leídos desde la vez anterior.
Hoy he procurado hacer un hueco para poder entrar porque he querido felicitaros la Navidad a todos los participantes en él y también a todos aquellos que se limitan a leer lo que otros escriben, pero que entran en esta su casa, con la misma ilusión que los participantes; además, desde el silencio, nos recuerdan a casi todos desde aquellos lejanos tiempos de la niñez.
También he querido entrar para sumarme a la bienvenida de todos aquellos que, desde primeros de Octubre, se han ido incorporando al foro de este querido y hermoso lugar, como son los hermanos Torreoyo. Yo los recuerdo a todos ellos, pero por mi edad, a quienes más recuerdo es a Paca y a Juan José, con quien me llevé muy bien bastante tiempo, y en uno de mis escritos hablé de él, cuando participó en una obra de teatro estando en la escuela de D. Francisco Castro. Juan José también fue muy amigo un tiempo de Manuel Berenguel Santos. Recuerdo con mucha claridad que durante una temporada yo iba a diario a su casa junto con otros niños más para recibir clase de Miguel el “maestro” que trabajaba en la planta Denver. También me acuerdo de su cuñado Enrique Osorio y en uno de mis escritos también hablé de los recuerdos que tengo de él de cuando reparaba calzado.
Por hoy me despido con el pensamiento puesto en aquellas navidades rodalquilareñas de zambombas, panderetas, triángulo, almirez y botella de anís acompañando a los villancicos y en aquel ambiente navideño que se respiraba por todos los rincones de nuestro pueblo, con el aroma a tortas de chicharrones y a roscas de aceite, que en ese tiempo, las más de las veces, era la merienda de muchos críos, mientras en la calle, jugaban a alguno de los muchos juegos comunitarios que conocían, y otros, a partir de los diez o doce años, en el salón interior del bar el Pintao, junto a la ventana, jugaban en aquel futbolín que tenía los jugadores de calamina con dos piernas, que permitían poder pisar la pelota, si no les faltaba alguna de ellas por haberse partido; colocando unos pañuelos dentro de las porterías para que las bolas no se colaran, jugaban interminables partidos cambiando de pareja, hasta que Pepe, el dueño del bar, o Rafael Llamas, que observaban desde la barra, a través de la puerta de entrada al salón, se mosqueaban y venían a ver qué pasaba; entonces se quitaban deprisa los pañuelos y después no había más remedio que volver a meter una peseta.
Cosas de aquellos tiempos.
Un cordial saludo a todo el foro.
Hermenegildo García Pino.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
-Amigo Gildo: Yo también te deseo una FELIC NAVIDAD y un próspero AÑO NUEVO junto a tu familia, y que no nos tengas tanto tiempo sin tus relatos, yo particularmente los hecho de menos.

Un abrazo. Antonio Felices.-