¿tienes un bar?

RODALQUILAR: Don Leocadio: nunca me mareará o cansará con sus preguntas,...

Don Leocadio: nunca me mareará o cansará con sus preguntas, pues disfruto pudiendo ayudar Vd. dándole alguna que otra alegría al hacerle recordar pequeños detalles de su añorada estancia en nuestro PARAISO le diré que tiene mejor memoria que yo, hoy me lo ha demostrado al recordarme la veta rosa que había a la altura de la Amatista por donde antiguamente pasaba la verea hacia La Isleta, veta casi de un palmo de ancha con dirección al mar y sobre un terreno de piedra arenosa de color gris muy oscuro; la cuesta de Bornos es la que vd. dice también la lamábamos las cuestas Ortíz, algunos coches habían ido a parar cerca del Granadillo, buena memoria el chofer del “correo” era Sandalio luego mas tarde fue su hermano Manolo, la última vez que estuve de vacaciones unos veinte años, fui a Campo Hermoso a comprar y entré en una pescadería y saludé con los buenos días y un señor se quedó mirándome y me dijo buenos días Apolinar me quedé parado y me dijo no lo puedes negar eres igual que tu padre me dio un abrazo tuvimos una larga conversación y no lo he vuelto a ver debe o debería tener ahora sobre noventa años.
Anécdota, el correo paraba en una gasolinera que había en Níjar para poner agua al radiador un día al reanudar el viaje enseguida venía una rambla con un puente el correo cayó por el puente solo hubo algún herido incluido Sandalio, no se si se acordara vd. de este accidente.
He recibido las dos fotos mañana tocaré el tema pues hoy no tengo tiempo, pues hace ocho años tuve un infarto y mi mujer me cuida y me dice que a la cama y Don Leocadio donde manda patrón ……….
Buenas noches.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Don Ramón recuerdo perfectamente uno de los coches que debió caer por la Cuesta de Bornos. Debió ser en los primeros años cuando mi padre compró el apartamento en Las Negras y pudo ser una familia del Campo de Níjar, un matrimonio y dos peques. Creo que sobrevivieron todos menos un adulto. Los restos del coche siempre han estado abajo recordando la necesaria precaución por esa carretera, que a mi siempre me dio mucho respeto. Recuerdo haber pasado corriendo por la ruta que les conté de la Cuesta ... (ver texto completo)