¡Hola Manuel! me he reído mucho con tu relato de los japoneses, pero.... ¿No eran chinos?. Seria por esa época, cuando un grupo bastante numeroso de orientales (chinos o japoneses) se instalaron con sus tiendas de campaña de color caqui entre la iglesia y la era del "Pintao". Yo no estuve limpiando el solar, pero te puedo decir que sí que eran listos, por lo menos el que se chivó a mi padre; yo no había visto nunca una vivienda así y me asomé a curiosear, abrí un poco y ¡Tierra trágame! Estaba el chino dentro, ahora comprendo que mis modales dejaban mucho que desear y sin disculparme salí corriendo. Al día siguiente un amable y sonriente chino le contó a mi padre mi visita. Con el tiempo nos hicimos amigos y me regaló un marinero que subía por una cuerda, un juguete pequeñito que estaba muy de moda entonces. Saludos para todos.