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RODALQUILAR: Si, Ariel, me gusta contar y leer las anédoctas que...

Manuel, como sé, lque te interesan estas anécdotas, paso a relatarte otra bastante curiosa.
No se si antes o después de los japoneses - chinos, estuvieron realizando practicas otro grupo de estudiantes libaneses. Estos jóvenes vestían habitualmente con pantalones cortos y no tenían otro tipo de ropa. Pues bien como querían asistir a misa y D. Felipe, que no consideraba adecuado su atuendo no los dejaba entrar, estuvieron pidiendo ropa prestada a nuestros paisanos. Al domingo siguiente aparecieron vestidos con sus pantalones y trajes prestados y con su peculiar forma de regresar después de comulgar (no le daban la espalda al altar, sino que volvían "andando hacia atrás"). A este grupo de estudiantes se le tomó mucho cariño en el Cinto y no querían que se marcharan; hay una leyenda urbana que dice que le pincharon las ruedas al autocar que los debía transportar a su nuevo destino.
Y nada mas, saludos a todos.

Si, Ariel, me gusta contar y leer las anédoctas que pasamos en nuestra niñez. ¿Quizás, porque siento deseos de volver por unos minutos a ser niño? No sé el motivo; no sabría explicarlo.
La visita que comentas de los estudiantes libaneses, no la recuerdo pero, me ha hecho mucha gracia lo que cuentas de su comportamiento en la iglesia.
Ariel, el día que te reconozca, lo voy a celebrar con un buen cava de Sant Sadurní. No hago más que preguntarme: ¿quién será esta persona, ¡Que caro eres! De esto si estoy seguro: has sido compañero de colegio y eras uno de los que cantaban en el coro de D. José. Algo sé, pero no logro dar contigo, porque éramos al menos treinta en la escuela. ¿No puedes dar alguna pista más? Ya me contarás. Saludos.