RODALQUILAR: EL CRIMEN DE NÍJAR...

EL CRIMEN DE NÍJAR
PARTE I
LA HISTORIA (CONTINUACIÓN)
Hablando con la novia: Levantada por el señor juez la incomunicación a Francisca Cañadas Morales, hubimos de solicitar de las autoridades encargadas de su custodia una entrevista con la detenida y concedida que nos fue, expusimos a Francisca, qué móviles le habían inducido para escapar con su primo estando tan próxima la hora en que había de contraer nupcias con su novio Casimiro Pérez Pinos. A esto la interpelada nos contestó:-Yo no quería a mi novio y sí estaba enamorada de mi primo y eran mis grandes deseos que éste me dijera algo de amores; pero como mi primo no me hablaba nunca de esto, es por lo que me decidí a ponerme en estado con Casimiro… Yo no sospechaba nada, pero veía a mi primo y me alegraba y era tanto lo que me gustaba!... Pero a pesar del tiempo que llevaba con mi novio no podía olvidar la gran ilusión que por mi primo sentía... Yo no había dicho a nadie que quería a mi primo, eso lo he dejado para mí (nuestra interlocutora matiza estas palabras con un gesto picaresco)… Como tratarlo, sí que lo trataba y hasta con él he tenido bromas, pero como mi primo…Alguna vez que otra sí que le decía, pero primo ¿quién me va a querer a mí con esta cojera que Dios me ha dado?... Sí, sí; esto se lo decía yo, siendo ya novia de Casimiro y con el decidido propósito de ver si picaba y así poder realizar yo las ilusiones de mi vida… No, no; Casimiro es buen muchacho, trabajador y honrado, no teniendo nada de qué tacharlo para que yo pudiera despreciarlo; pero la ilusión de mis amores era mi primo… Yo salí por la misma puerta de la habitación donde me estaba peinando y mi primo me aguardaba en la parte baja de las escaleras. Juntos salimos al campo, y en la bestia que él había traído al cortijo nos montamos, emprendiendo la fuga… Sí, yo quiero mucho a mi hermana y a mi cuñado, pero mucho más quería a aquel desgraciado hombre con quien me iba… En los primeros momentos yo perdí el conocimiento, más pasado algún rato recobré mis sentidos, acercándome al cuerpo de mi primo que estaba tendido en el suelo, lo zarandeé llamándolo ¡Paco! ¡Paco! Pero no me respondía, le cogí las manos y al notar la frialdad de ellas, comprendí que estaba muerto y ya nada más puedo precisar porque de la impresión me desvanecí…Íbamos hablando fuerte, confiados; además, yo soy una criatura criada en un cortijo, lo que se llama una mujer ignorante… Desde luego, Manuel, mi otro primo, hermano de Paco, en el lugar donde se desarrolló la tragedia, me preguntó: ¿Qué ha pasado Paca? A lo que yo le contesté. ¡No sé nada. Dame 4 tiros pero nada sé!... Sí, además me dijo: - Tú tienes que haber visto a tu hermana y a tu cuñado que han llegado al cortijo, ¿dónde os habéis encontrado?... A mí me quisieron llevar al cortijo, pero yo no consentí moverme de aquel sitio hasta que llegó la pareja de la Guardia civil, la cual me detuvo…Yo no quiero culpar a nadie. Es un cargo de conciencia porque no me acuerdo bien de cuanto pasó. Yo no quiero culpar a los dos sin estar en lo fijo y luego ¡vea usted! Puede creerme o no, como todo ocurre en la familia, ¿cómo los culpo yo sin estar segura?
En estos momentos le entran la comida a la detenida y aunque su primera intención es la de negarse a tomar alimento alguno, luego a requerimientos nuestros, empieza a comer. Nos despedimos de Francisca Cañadas Morales, a la cual la dejamos en un estado de general serenidad, aunque si bien es verdad, algunas veces esta tranquilidad se ve turbada por una sonrisa de tristeza, evocadora, allá en sus recónditos sentimientos, de algo tenebroso y deprimente para su alma.
La aparición de la caballería en el cortijo: Al desarrollarse la noche de autos del trágico suceso, la caballería en la cual iban montados los fugitivos espantose al ruido de las detonaciones emprendiendo veloz carrera yendo a unirse con otras caballerías que se dirigían a la casa cortijo conduciendo convidados a la ceremonia matrimonial. Pero por esta causa, la mula se presentó en el cortijo siendo a juzgar por la fantasía popular, la descubridora que presentó los primeros indicios en los que pudieran basarse las autoridades sospechando que el autor del crimen la llevara al cortijo.
Hacia el lugar donde se desarrolló la tragedia: Las 4 de la tarde. El sol no calienta. Quema. No se puede vivir, nos asfixiamos, pero es imposible aplazar la salida si el éxito de las diligencias preparadas ha de coronar los deseos… Y don Ambrosio López Jiménez, el digno y coloso juez, para quien la mayor ilusión es el cumplimiento del deber, ordena la salida… Acompaña la culto Juez de Instrucción, el secretario judicial del partido don Juan Beltrán, hombre todo actividad, y compenetrado íntimamente con su misión, don Ubaldo garcía Fernández, juez municipal de Níjar que encauzó bien el proceso de este misterioso crimen, don Federico Valls Galera, joven abogado de Sorbas, el secretario del Juzgado de Níjar, don Rafael Hernández, oficial auxiliar y el reportero autor de esta información en busca de noticias qué servir a los lectores de DIARIO DE ALMERÏA. Mientras los cuerpos parecen derretirse bajo el irresistible calor calenturiento, la pupila es herida, en esta luz intensa, por la visión triste de estos campos, yermos, desmantelados, castigados, malditos a morir abrasados por pertinaz sequía, sed larga, nunca saciada. Aspecto desolador y triste, agonizante. Llegamos al cortijo denominado El Jabonero, propiedad de don Antonio Acosta a unos cinco o seis kilómetros de Níjar. El señor López Jiménez, con habilidad grande apela a un recurso que puede dar mucha luz en el esclarecimiento del triste drama… Interroga a un niño de 3 años hijo de José Pérez Pinos y de Carmen Cañadas Morales, que acompañaba a sus padres con otro hermanito de 15 meses cuando se dirigía al cortijo del Fraile donde había de celebrarse la boda. Para ganarse la confianza del pequeño interrogado, don Ambrosio entró unos pasteles que seguramente le dio a comer. El interrogatorio se hacía con la mayor reserva, a puerta cerrada, por lo que ignoramos los datos que pudieran aportarse. Pronto los familiares irrumpieron en la habitación por otra puerta. Don Ambrosio sorprendióse extraordinariamente puesto que había ordenado no dejasen entrar a nadie, pero… penetraron por sitio desconocido, ignorado por quienes custodiaban… Penetraron diciendo que el niño estaba asustado, lo que no era cierto, y llevando a su tierno espíritu el terror infundado, y con él el llanto infantil, que motivó la suspensión del interrogatorio, que hubiera facilitado muy mucho la labor admirable del digno y laborioso juez. En el sitio de autos: reconstitución del hecho: dando tumbos, por inverosímiles vericuetos, atravesamos Fernán Pérez y seguimos por terrenos desolados hasta llegar a la Haza de la Capellanía donde en la madrugada del domingo se desarrollaron los hechos, que por las circunstancias que lo rodea, tan intrigada tiene a la gente. Una palma de unos 2 metros de ancha y un metro y medio de alta delante de un balate que en este sitio es de casi 1 metro de altura, fue el lugar donde paca, observara los bultos, de 2 personas, una que hizo los disparos mientras otra la asía del cuello impidiéndole todo movimiento de ayuda o defensa a su primo por quien la pasión amorosa exaltada y vehemente la decidiese a huir de su hogar en el momento crítico en que iba a enlazarse con un hombre bueno, honrado, digno, trabajador, pero que no la ilusionaba con el frenesí que su primo. Imposible que proyectase la palmera alguna sombra que impidiese reconocer al autor o autores del delito. A unos 25 cm de la palma espantóse la caballería que conducía a José Pérez Pino, según las primeras versiones, pero de ser cierto esto sería razón para que José y su mujer Carmen hubiesen reconocido quienes disparaban y de quienes eran los gemidos que han dicho haber oído, ya que tan próximos estaban y la luna alumbraba el lugar del sangriento suceso. En el suelo observamos las huellas de una caballería, las cuales desde la palmera dicha van directas sin titubeos, por el camino que siguieran José y su mujer, lo que muestra palpablemente que la mula no anduvo sola, errante, sino guiada, llevada o tirada por alguien. De ir sola se advertirían en la dirección de las huellas algunas vacilaciones o cambio de dirección. Haza de Capellanía, está a 25 kilómetros de Níjar y a unos 2 y medio del cortijo del Fraile. Frente a la palma a unos 4 metros fue encontrado el cadáver de Francisco Montes Cañadas y más al sur, huellas de caballerías en los bancales, correspondientes a las caballerías espantadas al ruido de las detonaciones. Sigue reconociéndose el terreno en busca de otras huellas y del arma homicida. El señor Valls galera provisto de un aparato fotográfico obtuvo varias instantáneas del terreno y de la reconstitución del hecho. En estos momentos la trepidación de un motor llega a nosotros. Es un coche en el que llega el capitán de la Benemérita don José Argelés Escriche, el alférez don Antonio Mañas Sánchez y nuestro estimado corresponsal en Níjar don ramón Jiménez. Saludos. Explicación de algunos detalles. Ansias de conocer la información que DIARIO DE ALMERÍA hace extensamente en su número del miércoles y de la que el señor Argelés hace entusiastas comentarios.- Han puesto el miago usted-nos dice-. Por casualidad hemos podido leerlo, pues se han agotado los ejemplares publicados según me han dicho. ¡Es un triunfo!
(CONTINUARÁ)
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EL CRIMEN DE NÍJAR
PARTE I
LA HISTORIA (CONTINUACIÓN)
Al cortijo del Fraile. Es una magnífica finca, con ermita y cementerio. Mientras las autoridades judiciales toman declaración a Amalia y María con toda reserva, nosotros recorremos el cortijo. Entramos en una habitación grande que consta de 2 compartimientos. Tiene una sola puerta que da al zaguán en que estuvieron los invitados comiendo buñuelos y trasegando vinillo del país mientras llegaba la hora de la boda. Una ventana con reja de hierro ... (ver texto completo)