RODALQUILAR: Pues yo don Ramón me siento muy confortado de sentir...

Don Ginés: recuerdo que todo empezó con una pregunta, si hera vd. familia de José Torres que su hija casada con Matías Freniche habían emigrado a Venezuela dejando dos hijos al cuidado de los abuelos, luego vinieron las preguntas de familiares de este apellido, Francisco García, Guzmán el Bueno etc y gracias a que mi amigo Matías Torres Freniche desde Venezuela tuvo el acierto de entrar en el foro de nuestro PARAISO, podemos alegrarnos tanto vd. como Don Leocadio y yo mismo de haber ayudado a muchas familias Freniche a que conociesen la historia real y bonita de su apellido.
Don Ginés, gracias por saber conservar esos tesoros heredados de su padre, abuelo y bisabuelo con los cuales vd nos enseña a conocer el pasado de nuestros ancestros, yo siento alegría de acordarme de mis vivencias en catorce años en el PARAISO pero me siento empequeñecido al leer todo lo que vd. nos cuenta con fechas, datos y todo documentado, muchas gracias.
Leo el romance que hacía cincuenta años que no lo había leído ni sentido y mientras lo leo dejo volar mis recuerdos y veo a un romancero que llega al pueblo y se pone a la sombra de un gran eucalipto que hay en la puerta de un colegio, el hombre grita! Oigan la verdadera historia del crimen de Níjar ¡a sus gritos van abriéndose puertas de casas y de patios, salen mujeres, niños y algún que otro hombre se acercan al romancero y hacen una media luna delante de el, se ven gente sencilla, observo a los niños y alguno lleva algún remiendo en sus viejos y cortos pantalones, por la calle de tierra baja una SEÑORA alta y guapa con un zagalillo cogido de la mano muy moreno y el pelo rizado y negro como el azabache, se unen a la media luna y oyen al hombre cantar con un acento muy agradable y especial, el crimen ocurrido en aquellas familias en especial a los primos, acabado el hombre saca un paquete de hojas de papel color amarillento que contiene el romance escrito, su precio dos reales, aquella buena gente que ciento de veces habían sentido la historia empezaron a marchar murmurando sobre El Crimen de Paca la coja; a la SEÑORA alta y guapa la sentí decir al zagalillo; nos vamos Ramón que tu padre está al llegar de la mina y tiene que comer.
Un saludo a todos y un beso a los que allí vieron la primera luz.
Ramón Pérez.

Pues yo don Ramón me siento muy confortado de sentir que, toda esta documentación que un día quedó desaparecida con motivo de una desgracia muy grande que ocurrió en la familia, por una maldita guerra fraticida, ahora después de casi 73 años de alguna manera les ilumine y les ayude a recordar tiempos inolvidables. Siempre es bueno sentir como otras personas se sienten correspondidas. Yo solo conocí a mi padre, pero el hombre estaba tan enamorado de su padre que pensé que de alguna manera dando a conocer todas estas historias que mi abuelo dejó escritas a la vez que le dedicaba un homenaje en nombre de los que todavía seguimos de su familia y que tampoco le conocimos, podía servir para ayudar a un pueblo a reconstruir su verdadera historia y en mi caso personal me ayudaría, al menos moralmente, a recuperar el patrimonio perdido que ustedes ya conocen. Mi padre siempre me decía que para recoger siempre debes de sembrar, y estoy convencido que tarde o temprano alguien arrojará datos detallados de la barbarie cometida por los señores de Medio Ambiente con el cortijo de mi familia. Pero en este caso, aunque nadie arroje ninguna pista sobre el hecho en sí, mientras tenga tiempo libre para desempolvar información les aseguro que la compartiré con ustedes por todos los motivos que les acabo de exponer. Todos en nuestra vida padecemos injusticias, de hecho en estos últimos meses he tenido bastante tarea con una cacicada en mi trabajo, pero no debemos de permitir que estos actos queden impunes, y al menos acudir de la manera mejor documentada a los tribunales y a los medios. De ahí mi interés en narrarles y denunciar hechos históricos de esta comarca, tan castigada por el ambiente caciquil de tiempos pasados y que algunos tristemente con su mal ejemplo nos recuerdan ahora. Ya les manifesté en su día, con el debido respeto hacia lo que puedan pensar ustedes, mi total apatía y desencanto hacia los jefes y políticos que día a día están arruinando lo que tantas generaciones durante siglos tuvieron que construir en este país. Pero ustedes también comparten lo más importante: son sus vivencias que tan detalladamente nos describen a todos fruto de su corazón y en su caso don Ramón de una prodigiosa memoria (en el caso de Rodalquilar más que acreditada y seguro que me dará la razón quien más le conoce). Sin apenas darnos cuenta en unos meses, entre todos estamos recuperando un patrimonio histórico que la mejor manera de transmitírselo a nuestros hijos es dejándolo escrito. Esto no es propaganda electoral del partido de turno sino el sentimiento de alguien que aunque no nacido en el PARAÍSO (nací en el antiguo hospital "18 de julio" en Almería apesar de que entonces mis padres vivían en Níjar en "Las Casitas del Parque"), ha estado siempre muy unido a esa tierra. Pero esto no acaba nada más que empezar. Solo hace falta que los que escriben poquito que lo mantengan y los que se conforman con leer y quedarse en la fila del anonimato que no duden en pasar a contarnos sus historias. De verás que un detalle que a alguien le pueda parecer inverosímil siempre habrá gente que le ayude. Por mi parte el día en que Medio Ambiente enmiende sus errores no tendré inconveniente en dar mi consentimiento para depositar estos comentarios en sus oficinas de Rodalquilar como nos dijo un día don Leocadio. Pero no creo que les guste a estos señores que se les diga la verdad con pelos y señales y encima que quede constancia de ello. Y no saben todavía lo que les espera.
Mi agradecimiento desde aquí a todas las personas que colaboráis desde este foro a reconstruir la historia de nuestro PARAÍSO, especialmente a Don Ramón y a Don Leocadio, y a todos los que sentís desde dentro esta tierra.
Siempre mi más sincero agradecimiento a todos, a unos y a otros.
Ginés Torres