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RODALQUILAR: -Hola amigo Manuel: Me alegro que mi mensaje anterior...

-Saludos a todo el foro.

Observando que nuestro foro está un poco callado, me he puesto a pensar sobre algún tema de nuestro pueblo que hasta ahora no se haya tocado, y con motivo de las fechas en que estamos me ha venido a la memoria la festividad de Santa Bárbara, patrona de los mineros y por tanto patrona de Rodalquilar.

Antes de comenzar mi relato quiero hacer un pequeño recordatorio de esta virgen y el porqué ser patrona de los mineros.

Santa Bárbara fue una virgen y cristiana del siglo III, forma parte de la lista oficial del maritirologio de la Iglesia Católica y según el calendario o santoral católico su fiesta se celebra el 4 de Diciembre.
Es la patrona de los profesionales que manejan explosivos y especialmente de los mineros y militares que pertenecen al Arma de Artillería, en esta fecha los artilleros la invocan con la marcha de guerra Las margaritas.
En su simbología se le suele representar con su atributo, una torre con tres ventanas que aparece sobre una de sus manos y en la otra una pluma de pavo real, símbolo de la resurrección o la inmortalidad.

Recuerdo que la última festividad de Santa Bárbara en Rodalquilar en la que estuve presente fue en el año 1960, en años sucesivos me encontraba en el Instituto en Vélez Rubio por coincidir la fecha de su celebración con curso escolar, por lo que siempre recordé esta última festividad del año 1960.
En este día del 4 de Diciembre por la mañana temprano salía de los locales del garaje de la empresa la cabalgata de los gigantes cabezudos, los niños bajábamos la cuesta hacia la Iglesia corriendo delante de aquellos personajes que si te descuidabas te golpeaban con aquellas pelotas de piel rellenas de serrín que sujetas con una cuerda llevaban en las manos.
A media mañana se celebraba la Santa Misa, al pie del altar se colocaban dos mineros ataviados con su mono de trabajo y su casco protector, portando cruzados a sus espaldas un pico y una pala como símbolo de las herramientas propias de su profesión. Finalizada la misa y sacada a hombros la imagen de Santa Bárbara se celebraba la procesión, era escoltada por aquellos dos mineros y el resto de los asistentes a la Santa Misa, discurría la procesión por la calle que bajaba de la Iglesia hacia las casas del Pintao hasta llegar al Tenis, allí se giraba y en sentido inverso se regersaba de nuevo a la Iglesia, durante toda la procesión se lanzaban cohetes con alabanzas a nuestra santa patrona Santa Bárbara.
Por la tarde y en la explanada de la Iglesia se colocaba la cucaña, en el extremo del palo engrasado se encontraba sujeto un jamón, para premio del primero de los participantes que trepando consiguiera llegar a alcanzar el suculento premio. Seguidamente se celebraba el concurso de partir con el marro de hierro los bloques de piedra que previamente habían sido transportados hasta las proximidades de la Iglesia, allí se demostraba la pericia del minero y por un jurado formado por expertos profesionales se adjudicaban los premios a los
participantes.
Una vez terminados estos actos tenía lugar el baile en el Club frente a la Iglesia, para continuarlo después de la cena en el bar del Pintao hasta su finalización de madrugada.

Han pasado 52 años de aquella fiesta y año tras año cuando llegan estas fechas recuerdo con mucha nostalgia la celebración de la festividad en Rodalquilar de Santa Bárbara patrona de los mineros cuando yo era aún un niño.

Un abrazo para todos. Antonio Felices.-

Amigo Antonio: que bueno recordar aquella bonita fiesta del día 4 de diciembre (Santa Bárbara). Aquellos concursos en los que participaban gente del pueblo u obreros del Cerro Cinto demostrando su destreza partiendo aquellos enormes bloques de piedra. También recuerdo que en una de estas fiestas, hubo concurso para los albañiles para ver cual terminaba antes una pequeña pared de ladrillo. La cucaña, que consistía en un poste vertical de unos tres metros de alto impregnado en grasa; daba risa ver, como algunos participantes descendían deslizándose hacia abajo a causa de aquel ungüento aplicado al poste.
El concurso de comer morcilla era demasiado arriesgado para los estómagos delicados; pero, después se llevaban a la boca un buen puñado de bicarbonato acompañado de un trago de agua para los gases y no había riesgo de pasar unas horas con mal de tripa.
Guardo un pequeño desagradable recuerdo de esta fiesta; ahora no le damos en casa importancia: creo que todos recordamos aquella cosa que llamábamos "Gargantúa." Era como un tobogán en el interior de una grandiosa cabeza que, estaba hecha de madera o algo parecido; los niños entrábamos por su enorme boca, nos deslizábamos por el tobogán y salíamos por la parte trasera de esta gigantesca cabeza. ¿Era así?
A lo que iba: aquel día de Santa Bárbara, mi hermano Antonio estrenaba pantalón corto que con mucho sacrificio se lo había comprado mi madre. En una de las bajadas por el tobogán, el cual estaba forrado de una chapa metálica y sujeto con puntas, mi hermano se hizo un siete enorme en sus posaderas. El disgusto que nos llevamos os lo podéis imaginar; pero para mi madre, fue mucho mayor. No nos riñó por que comprendió que fue un incidente. Sin embargo, la fiesta para nosotros, no terminó muy alegre.
Aquí queda esta pequeña anécdota como recuerdo de la fiesta de Santa Bárbara. Saludos amigos y amigas del foro.

-Hola amigo Manuel: Me alegro que mi mensaje anterior te traiga gratos recuerdos de aquellas fiestas en honor de Santa Bárbara patrona de los mineros, en la que todos disfrutábamos desde los pequeños hasta los mayores.
Ya veo que te acuerdas de "la gargantúa", aquella atracción con una cabeza de mosntruo con su gran boca abierta por donde nos introducíamos los niños, deslizándonos por su interior en pendiente hasta salir por su parte posterior, no me extraña que tu hermano Antonio se rompiera sus pantalones nuevos estrenados para esta fiesta, seguro que se llevaría un gran disgusto, pero bueno, en aquellos tiempos con un buen cosido o remiendo todo se arreglaba.
Me parece que esta festividad del año 1960 a la que yo me refiero en mi mensaje sería también par tí la última que vivimos en Rodalquilar, la mía por marchar con "aquella gran expedición a Vélez Rubio" y tú por tu marcha a Barcelona para "descubrimiento de aquel nuevo mundo".
Como verás Manuel, a pesar de los años transcurridos seguimos recordando y añorando aquellas fiestas de nuestro pueblo, todas las atracciones que se hacían eran sencillas y alegres y con el gran mérito que todas la intervenciones eran realizadas por nuestras gentes, todos habitantes de aquel maravilloso Rodalquilar.
Sigo pensando en los pantalones de tu hermano Antonio, seguro que ya no se subiría más en ninguna "gargantúa".

Manuel, un abrazo para tí y para todo el foro. Antonio Felices.-