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El año pasado, por estas fechas, pedí ayuda en el Foro y un “desconocido” me la prestó, derivándome a otras personas que conocían más profundamente el tema por el que me estaba interesando.
Acertó de pleno. Entre ellos estaba Ramón.
Ramón, desconocido pero amigo hasta lo más profundo. Amante de su tierra, de su familia; hombre sencillo pero grande, grande.
Hemos estado en contacto durante todo el año. Lo conozco por sus correos, por su voz de locutor de radio, por su memoria larga, larga y su compromiso con Rodalquilar.
Alguna vez habíamos hablado, en plan profesional, sobre su patología que derivó en algún consejo y alguna aclaración (mi especialidad es la Pediatría), nada más.
Leocadio puso la nota en el foro y me he interesado por su evolución. Yo, que no he jugado con él – aunque me hubiese gustado tanto como a Hermenegildo-, que aún no le he dado un abrazo, ni me he sentado a su lado en la Piedra Blanca para ver un amanecer de verano, le mando mis más sincera promesa de que lo haremos.
Gracias, Ramón por tu amistad y recibe mis mejores deseos para con tu salud.
Ponte en manos de los médicos y confía, te lo dice uno de ellos. No te canses con los tiempos que te pongan. Saben cumplir con el dicho de mi abuelo: “La siega se hace a tajo parejo hasta el mojón del fondo”. Todo irá bien.
Estamos ahí mismo.
Un abrazo fuerte, fuerte.
Acertó de pleno. Entre ellos estaba Ramón.
Ramón, desconocido pero amigo hasta lo más profundo. Amante de su tierra, de su familia; hombre sencillo pero grande, grande.
Hemos estado en contacto durante todo el año. Lo conozco por sus correos, por su voz de locutor de radio, por su memoria larga, larga y su compromiso con Rodalquilar.
Alguna vez habíamos hablado, en plan profesional, sobre su patología que derivó en algún consejo y alguna aclaración (mi especialidad es la Pediatría), nada más.
Leocadio puso la nota en el foro y me he interesado por su evolución. Yo, que no he jugado con él – aunque me hubiese gustado tanto como a Hermenegildo-, que aún no le he dado un abrazo, ni me he sentado a su lado en la Piedra Blanca para ver un amanecer de verano, le mando mis más sincera promesa de que lo haremos.
Gracias, Ramón por tu amistad y recibe mis mejores deseos para con tu salud.
Ponte en manos de los médicos y confía, te lo dice uno de ellos. No te canses con los tiempos que te pongan. Saben cumplir con el dicho de mi abuelo: “La siega se hace a tajo parejo hasta el mojón del fondo”. Todo irá bien.
Estamos ahí mismo.
Un abrazo fuerte, fuerte.