Se acercan las vacaciones es tiempo de grandes caminatas, os recomiendo la ribera de los molinos de Huebro, un escaso nacimiento de agua situado a los pies de Huebro, da lugar a un portentoso sistema hidráulico ejemplo perfecto de eficiencia energética aprovechamiento del territorio y organización social. Como resultado surge un oasis levantado a base de terrazas fuertemente escalonadas sobre la pendiente rocosa y conectada entre si por un entramado de acequias que tienen como origen la acequia madre, arteria principal de la que bebe la huerta y toma su energía de los molinos. Si ya sorprende el aprovechamiento integral del este territorio, más aun sorprende la escalera de molinos que suben por el barranco y flanquean la acequia madre en el tramo intermedio de la ribera, donde se hace mayor la pendiente y se estrecha el barranco.
Previamente, al pie de la fuente una gran balsa acumula el volumen suficiente para que el caudal resultante permita regar de hilo y mover los molinos. Actualmente podemos observar unos diecinueve de estos molinos junto al camino, pero debieron pasar de los treinta. Este camino, que sale del centro de la población nijareña y asciende 400m durante algo mas de tres kilómetros hasta culminar en Huebro. Está correctamente señalizado como parte de un sendero provincial de gran recorrido, lo que lo hace factible y recomendable.
Otro de los lugares para visitar es la presa de Nijar.
Imaginad una presa en medio de un paraje tan árido y escondido. Cuesta tanto que al verla la grandiosidad y solidez de su estructura mas bien parece surgida del contrasentido de los sueños pero es una realidad finalizada ni mas ni menos que a mediados del XIX cuando casi no había presas en España, y lo que resulta mas llamativo, fruto de la iniciativa privada financiada por multitud de accionistas de varias provincias españolas. Pero la obra nunca llego a cumplir las expectativas para las que se había diseñado y que pasaban por poner en regadío, ¡Unas diecisiete mil hectáreas! Sin duda le falto agua y le sobro lodo, tanto lodo que unas décadas más tarde el vaso estaba colmatado y el proyecto, más basado en la ilusión que en los cálculos, muertos de sed.
La obra en forma de talud arqueado de 44m de longitud y 35 de altura, construida a base de bloques de cantería perfectamente encajados, merece un recorrido pausado y sobre todo una reflexión acerca del inmenso valor del agua en esta esquina árida del mapa.
Previamente, al pie de la fuente una gran balsa acumula el volumen suficiente para que el caudal resultante permita regar de hilo y mover los molinos. Actualmente podemos observar unos diecinueve de estos molinos junto al camino, pero debieron pasar de los treinta. Este camino, que sale del centro de la población nijareña y asciende 400m durante algo mas de tres kilómetros hasta culminar en Huebro. Está correctamente señalizado como parte de un sendero provincial de gran recorrido, lo que lo hace factible y recomendable.
Otro de los lugares para visitar es la presa de Nijar.
Imaginad una presa en medio de un paraje tan árido y escondido. Cuesta tanto que al verla la grandiosidad y solidez de su estructura mas bien parece surgida del contrasentido de los sueños pero es una realidad finalizada ni mas ni menos que a mediados del XIX cuando casi no había presas en España, y lo que resulta mas llamativo, fruto de la iniciativa privada financiada por multitud de accionistas de varias provincias españolas. Pero la obra nunca llego a cumplir las expectativas para las que se había diseñado y que pasaban por poner en regadío, ¡Unas diecisiete mil hectáreas! Sin duda le falto agua y le sobro lodo, tanto lodo que unas décadas más tarde el vaso estaba colmatado y el proyecto, más basado en la ilusión que en los cálculos, muertos de sed.
La obra en forma de talud arqueado de 44m de longitud y 35 de altura, construida a base de bloques de cantería perfectamente encajados, merece un recorrido pausado y sobre todo una reflexión acerca del inmenso valor del agua en esta esquina árida del mapa.