Don Ginés gracias por alegrarnos con sus escritos y por gastar con nosotros un tiempo que pertenece a su señora he hijos después de estar toda la semana fuera de casa.
Cuando vd. Pueda, por favor escriba sobre los granates poco o casi nada se de aquella época y todo lo acontecido en mi querida tierra me interesa; tenía nueve años y cada quince días tenía que ir a Almería para hacerme análisis pues me tenían que operar de amígdalas y recuerdo que cuando pasábamos por la zona de Níjar veía aquellos campos llenos de “pequeños pozos” ya semitapados y preguntaba a mi madre ¿Qué hera aquello? Y me decía que aquella zona hera “ La Granatilla” que allí se habían sacado unas piedras pequeñas color granate que usaban para bisutería collares, anillos etc y que todo se debía, y señalándome con la mano, a aquel cerro que esta cortado por la mitad por encima de Níjar dicen que es un volcán y que un día erupcionó y la lava vino a parar a ésta zona y con ella los granates, mas o menos es lo que recuerdo; en esos mismos viajes pasábamos por una zona que no puedo recordar entre Níjar y Almería y mi madre me decía que aquello hera la “Cuesta Colorá” que según contaban en aquella zona los bandoleros asaltaban las diligencias para robar a los ricos, ¿tiene vd. escrito alguno o ha sentido alguna vez algo sobre el tema?.
Un afectuoso saludo.
Cuando vd. Pueda, por favor escriba sobre los granates poco o casi nada se de aquella época y todo lo acontecido en mi querida tierra me interesa; tenía nueve años y cada quince días tenía que ir a Almería para hacerme análisis pues me tenían que operar de amígdalas y recuerdo que cuando pasábamos por la zona de Níjar veía aquellos campos llenos de “pequeños pozos” ya semitapados y preguntaba a mi madre ¿Qué hera aquello? Y me decía que aquella zona hera “ La Granatilla” que allí se habían sacado unas piedras pequeñas color granate que usaban para bisutería collares, anillos etc y que todo se debía, y señalándome con la mano, a aquel cerro que esta cortado por la mitad por encima de Níjar dicen que es un volcán y que un día erupcionó y la lava vino a parar a ésta zona y con ella los granates, mas o menos es lo que recuerdo; en esos mismos viajes pasábamos por una zona que no puedo recordar entre Níjar y Almería y mi madre me decía que aquello hera la “Cuesta Colorá” que según contaban en aquella zona los bandoleros asaltaban las diligencias para robar a los ricos, ¿tiene vd. escrito alguno o ha sentido alguna vez algo sobre el tema?.
Un afectuoso saludo.
Don Ramón, aunque sea un ratico por la noche el fin de semana, cuando esté en casa, y aprovechando los primeros momentos de sueño de los niños, me acerco con ilusión a nuestro foro del PARAÍSO. De los granates de La Granatilla yo siempre había escuchado lo que usted nos ha contado del volcán. Recuerdo que mi padre me hablaba de las minas que habían sido de su abuelo y de cómo su padre cargaba los sacos de 50 kilos de granates en los carros que arrastrados por mulos llevaban a Almería. Y lógicamente debían de pasar entonces también por la " Cuesta Colorá" que yo siempre conocí como la cuesta próxima al kilómetro 21 de la antigua carretera de Níjar por donde tantas veces pasé en mi época juvenil de afición al ciclismo en carretera.
A continuación paso a compartir con ustedes uno de los episodios del caciquismo almeriense en el Níjar de comienzos del siglo XX en donde aparece como víctima del comercio de granates un tío de mi padre Eulogio Torres García, a quien ya me referí en su día en este foro, y de quien conservamos todavía un hermoso retrato en la casa del pueblo.
El caciquismo en el comercio de granates. Níjar primer tercio siglo XX.
PARTE I
“ Al Juzgado de Instrucción de Sorbas. Don Cándido García Herrera, procurador de D. Eulogio Torres García vecino de Níjar con poder bastante que acompaño, a V. S. como mejor proceda en derecho parezco y digo: Que la autoridad administrativa del pueblo de Níjar extralimitándose de las funciones que la ley le confiere, trae convertida aquella parte del territorio nacional integrante a la península, no en una colonia porque aunque de tristes recuerdos la administración de éstas no es comparable a la que padecen aquellos vecinos, pues imitando el Alcalde a los favoritos del célebre Raisuli de la zona de Alcázar, del Rogi y Moro Valiente de Melilla y Ceuta lleva a efecto una serie de persecuciones, consuma razias lo mismo que éstos, en los que no son amigos o no se han prestado a servirles amaños. En un todo, por el ambiente, por el estado de los ánimos, por las situaciones molestas que a diario se manifiestan, creen los que tienen hoy la desgracia de ser habitantes del pintoresco pueblo situado a 30 kilómetros de la capital de una provincia española, que lo hacen en el Imperio de Mogreb y en donde aun no han llegado los ejércitos que en nombre de la civilización van allá a dar garantía y tranquilidad a aquellas tribus.
Este estado de malestar expresados en una continua protesta, hace más de un año que hizo acudir a la autoridad delegada del gobierno en la provincia en súplica de que pusiera coto a los desmanes y se interviniera en la dirección y aplicación no ya de las disposiciones complementarias del régimen social en la organización municipal, sino en los elementales derechos reconocidos y garantizados por la Constitución de la Monarquía Española escarnecidos por los encargados de mantenerlos; así las cosas, expresadas las voluntades y en espera del amparo demandado se ha enardecido el cacique o jefe de zona, pues aunque es malo el primer calificativo no es ya aplicable al que lo ejercita, lo ha excedido, y sí el segundo, aunque con la protesta justificadísima que no es nada más que por el que lo ejerce, pues los sometidos tienen buena prueba dada por la sensatez y cordura con que proceden, que son ciudadanos cultos y esperan que la ley que les asiste imperará y regularizará el funcionamiento de la Sociedad municipio de Níjar.
Las razias se han multiplicado y la propiedad de los vecinos de Níjar ha sido objeto de la codicia del que se titula dueño absoluto de vidas y haciendas, hechos que bajo de uno u otro aspecto desvirtuados quizá por el amaño de sus autores son objeto de la atención del Juzgado y en su virtud se instancian varios sumarios; pero estas razias y atentados contra la propiedad y demás derechos constitucionales quizá no cualificarían el estado anárquico, el menosprecio a las leyes que garantizan el desenvolvimiento nacional, con el imperio de un personalismo que dando olvido que estamos en el siglo XX, en una nación constituida sobre fundamentos legales y bajo el amparo de normas protectoras, obra caprichosamente, concede derechos, ampara industrias si son de los suyos, y las paraliza y las persigue, beneficiando con ello al contrario, sino están sometidos a su imperial voluntad.
De actos de esta especie ha sido víctima mi representado, que en su ausencia, por instigaciones de Don Manuel García Morales representante de Don José Rivas Maseguz ha tratado de impedir que conduciendo el mineral de granatilla de su propiedad a la plaza de Almería pueda cumplir sus compromisos contractuales y con su falta el señor Rivas enajenar el mineral que tiene sin hacerlo y realice un negocio para lo cual pretextando que Don Manuel Torres García tiene descubiertos de consumos siguen un procedimiento contra el mineral de Don Eulogio Torres y le detienen la circulación de los mismos atropelladamente, no ignorando que Don Manuel no tenía propiedad minera pero que aun esta confusión no le eximiría de responsabilidad, pues si se trata de hacer efectivo un descubierto lo más lógico es hacerlo en propiedad inmueble y en bienes de fácil venta y no dirigirse contra un mineral que casi carece de valor en el mercado y cuya venta está de hecho monopolizada;
FIN PARTE I
A continuación paso a compartir con ustedes uno de los episodios del caciquismo almeriense en el Níjar de comienzos del siglo XX en donde aparece como víctima del comercio de granates un tío de mi padre Eulogio Torres García, a quien ya me referí en su día en este foro, y de quien conservamos todavía un hermoso retrato en la casa del pueblo.
El caciquismo en el comercio de granates. Níjar primer tercio siglo XX.
PARTE I
“ Al Juzgado de Instrucción de Sorbas. Don Cándido García Herrera, procurador de D. Eulogio Torres García vecino de Níjar con poder bastante que acompaño, a V. S. como mejor proceda en derecho parezco y digo: Que la autoridad administrativa del pueblo de Níjar extralimitándose de las funciones que la ley le confiere, trae convertida aquella parte del territorio nacional integrante a la península, no en una colonia porque aunque de tristes recuerdos la administración de éstas no es comparable a la que padecen aquellos vecinos, pues imitando el Alcalde a los favoritos del célebre Raisuli de la zona de Alcázar, del Rogi y Moro Valiente de Melilla y Ceuta lleva a efecto una serie de persecuciones, consuma razias lo mismo que éstos, en los que no son amigos o no se han prestado a servirles amaños. En un todo, por el ambiente, por el estado de los ánimos, por las situaciones molestas que a diario se manifiestan, creen los que tienen hoy la desgracia de ser habitantes del pintoresco pueblo situado a 30 kilómetros de la capital de una provincia española, que lo hacen en el Imperio de Mogreb y en donde aun no han llegado los ejércitos que en nombre de la civilización van allá a dar garantía y tranquilidad a aquellas tribus.
Este estado de malestar expresados en una continua protesta, hace más de un año que hizo acudir a la autoridad delegada del gobierno en la provincia en súplica de que pusiera coto a los desmanes y se interviniera en la dirección y aplicación no ya de las disposiciones complementarias del régimen social en la organización municipal, sino en los elementales derechos reconocidos y garantizados por la Constitución de la Monarquía Española escarnecidos por los encargados de mantenerlos; así las cosas, expresadas las voluntades y en espera del amparo demandado se ha enardecido el cacique o jefe de zona, pues aunque es malo el primer calificativo no es ya aplicable al que lo ejercita, lo ha excedido, y sí el segundo, aunque con la protesta justificadísima que no es nada más que por el que lo ejerce, pues los sometidos tienen buena prueba dada por la sensatez y cordura con que proceden, que son ciudadanos cultos y esperan que la ley que les asiste imperará y regularizará el funcionamiento de la Sociedad municipio de Níjar.
Las razias se han multiplicado y la propiedad de los vecinos de Níjar ha sido objeto de la codicia del que se titula dueño absoluto de vidas y haciendas, hechos que bajo de uno u otro aspecto desvirtuados quizá por el amaño de sus autores son objeto de la atención del Juzgado y en su virtud se instancian varios sumarios; pero estas razias y atentados contra la propiedad y demás derechos constitucionales quizá no cualificarían el estado anárquico, el menosprecio a las leyes que garantizan el desenvolvimiento nacional, con el imperio de un personalismo que dando olvido que estamos en el siglo XX, en una nación constituida sobre fundamentos legales y bajo el amparo de normas protectoras, obra caprichosamente, concede derechos, ampara industrias si son de los suyos, y las paraliza y las persigue, beneficiando con ello al contrario, sino están sometidos a su imperial voluntad.
De actos de esta especie ha sido víctima mi representado, que en su ausencia, por instigaciones de Don Manuel García Morales representante de Don José Rivas Maseguz ha tratado de impedir que conduciendo el mineral de granatilla de su propiedad a la plaza de Almería pueda cumplir sus compromisos contractuales y con su falta el señor Rivas enajenar el mineral que tiene sin hacerlo y realice un negocio para lo cual pretextando que Don Manuel Torres García tiene descubiertos de consumos siguen un procedimiento contra el mineral de Don Eulogio Torres y le detienen la circulación de los mismos atropelladamente, no ignorando que Don Manuel no tenía propiedad minera pero que aun esta confusión no le eximiría de responsabilidad, pues si se trata de hacer efectivo un descubierto lo más lógico es hacerlo en propiedad inmueble y en bienes de fácil venta y no dirigirse contra un mineral que casi carece de valor en el mercado y cuya venta está de hecho monopolizada;
FIN PARTE I
