Buenas noches amigos:
Francisco es cierto lo de las apuestas o como en el caso de las morcillas que era una competición premiada por parte de la empresa con 20 duros al ganador, yo la presencié dos años y en ambos ganó Gabriel Montoya, se que este foro lo lee gente del pueblo y que digo la verdad, fueron algo mas de seis Kg. de morcilla los que engulló Gabriel “el del kiosco” ver para creer. Con lo del vino si eran apuestas, en aquella época habían varios asturianos y vascos que por los comentarios que corrían, eran un (poco) revolucionarios en sus cuencas mineras y el régimen los deportaba a aquel rincón de España, eran unos cosacos bebiendo y algunos del pueblo que también lo eran apostaban haber quien aguantaba mas y siempre caía el del pueblo, con aquella gente en estos menesteres nadie podía con ellos, tengo que decir que nunca lo presencié, pero al día siguiente lo sabia todo el pueblo. En pleno mes de Agosto con dos vasos de vino ya estaban contentos y venía la discusión, que si yo mas que si tu… al final pedían dos espuertas de chumbos los cuales no había que ir lejos para cogerlos por encima de la aljibe estaba lleno de pencas, mano a mano haber quien comía mas docenas, dos días después estaban los dos en la farmacia de Don Manuel pidiéndole aceite de ricino o agua de Caravaña con los ojos que se les salían de las cuencas y la barriga como un tambor
(Que bestias). Un día se apostaron dos un litro de vino al juego de la penca, que consiste en coger una gran penca y con un palillo de los dientes se pincha por todos los lados para disimular y luego el palillo lo clavas entero normalmente en el centro de la penca sin que se vea, la pones encima de la mesa y coges una navaja te la pones en el dorso de la mano a dos palmos encima de la penca, giras la muñeca y la navaja se tiene que clavar en la penca si no es así tienes que darle un bocado a la penca para buscar el palillo y luego hace la misma operación el contrario, el trozo que has mordido se escupe, pero ellos dijeron que había que masticarlo y tragarlo estando de acuerdo un compañero cogió la penca para esconder el palillo y empezó el juego, bocados van y bocados vienen y tragar trozos de penca, cuando acabaron de comerse toda la penca el palillo no apareció pues el (amigo) no lo había metido y se armó la marimorena hubo algo mas que empujones al (palillero) de turno y gracias a los mirones no lo tiraron a la rambla.
Para la fiesta de Santa Bárbara bajaban de la mina seis u ocho piedras de cuarzo de unas medidas algo mas grande que una lavadora y las ponían delante de la iglesia y una vez acabada la misa los seis u ocho mineros que habían estado en la ceremonia delante del altar mayor vestidos con sus atuendos mineros hacían competición haber quien era el primero en hacer trozos la piedra con el marro, también era premiado con veinte duros el ganador,
Francisco es cierto lo de las apuestas o como en el caso de las morcillas que era una competición premiada por parte de la empresa con 20 duros al ganador, yo la presencié dos años y en ambos ganó Gabriel Montoya, se que este foro lo lee gente del pueblo y que digo la verdad, fueron algo mas de seis Kg. de morcilla los que engulló Gabriel “el del kiosco” ver para creer. Con lo del vino si eran apuestas, en aquella época habían varios asturianos y vascos que por los comentarios que corrían, eran un (poco) revolucionarios en sus cuencas mineras y el régimen los deportaba a aquel rincón de España, eran unos cosacos bebiendo y algunos del pueblo que también lo eran apostaban haber quien aguantaba mas y siempre caía el del pueblo, con aquella gente en estos menesteres nadie podía con ellos, tengo que decir que nunca lo presencié, pero al día siguiente lo sabia todo el pueblo. En pleno mes de Agosto con dos vasos de vino ya estaban contentos y venía la discusión, que si yo mas que si tu… al final pedían dos espuertas de chumbos los cuales no había que ir lejos para cogerlos por encima de la aljibe estaba lleno de pencas, mano a mano haber quien comía mas docenas, dos días después estaban los dos en la farmacia de Don Manuel pidiéndole aceite de ricino o agua de Caravaña con los ojos que se les salían de las cuencas y la barriga como un tambor
(Que bestias). Un día se apostaron dos un litro de vino al juego de la penca, que consiste en coger una gran penca y con un palillo de los dientes se pincha por todos los lados para disimular y luego el palillo lo clavas entero normalmente en el centro de la penca sin que se vea, la pones encima de la mesa y coges una navaja te la pones en el dorso de la mano a dos palmos encima de la penca, giras la muñeca y la navaja se tiene que clavar en la penca si no es así tienes que darle un bocado a la penca para buscar el palillo y luego hace la misma operación el contrario, el trozo que has mordido se escupe, pero ellos dijeron que había que masticarlo y tragarlo estando de acuerdo un compañero cogió la penca para esconder el palillo y empezó el juego, bocados van y bocados vienen y tragar trozos de penca, cuando acabaron de comerse toda la penca el palillo no apareció pues el (amigo) no lo había metido y se armó la marimorena hubo algo mas que empujones al (palillero) de turno y gracias a los mirones no lo tiraron a la rambla.
Para la fiesta de Santa Bárbara bajaban de la mina seis u ocho piedras de cuarzo de unas medidas algo mas grande que una lavadora y las ponían delante de la iglesia y una vez acabada la misa los seis u ocho mineros que habían estado en la ceremonia delante del altar mayor vestidos con sus atuendos mineros hacían competición haber quien era el primero en hacer trozos la piedra con el marro, también era premiado con veinte duros el ganador,
