Bueno José María, no te sonrías que estos vienen en busca del queso, ¿o no? Vamos mal, a este paso no llegamos a ninguna parte. Mira la hora que es, y nadie está trabajando.
Esto me ha hecho acordar de un poema, que les escribo.
TU SECRETO
¡De todo te olvidas! Anoche aquí, sobre el piano, que jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma: un libro vedado, de tiernas memorias.
Intimas memorias. Yo lo abrí, al descuido, y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras....