Rosa, el apodo se ponía por alguna de varias razones, pero principalmente porque:
Como existía la costumbre de poner a los hijos el nombre de abuelos de abuelos y padres, pues resultaban llamarse igual tíos y primos, por lo que así teníamos: Baltasar, Baltasar, Baltasar; Pedro, Pedro, Pedro; Antonio, Antonio, Antonio. Ante esta situación, el apodo se hacía imprescindible, hasta llegar al Bartolico, del Bartolo, del Tío Bartolo. mi padre recuerda que a sus abuelos les decían los Molejos, eran de apellido Martínez García y Artero Ruiz. porqué sería? gracias! Nos preguntaría El Pastor de La Loma Z, ¿Se acuerdan de estos apodos?
Yo me acuerdo y recuerdo de casi todos.
El Longaniza y el Gurullo, el Morcilla y el Morcón,
el Molejo, el Gachasmigas, el Colgandero, el Chillón.
El Dentúo, el Collicorto, el Morato y el Rosao, el Cano, el Rojo y el Tuerto, el Tieso y el Colorao.
... El botijo se ha secado
¿Quién va ha llenar el botijo?
Parece que en Nieva Nadie.
El botijo.
El botijo es símbolo de una tradición cultural que permanece gracias a su profundo enraizamiento de las generaciones en lo pueblos de España, en particular los de Andalucía.
Con uno como este he llevado mucha agua a los Segadores por los años 1950 y hasta los 65 que empezó a desaparecer la siega a mano, le poníamos dos ramales de atar el trigo y en forma de abrazadera lo llevábamos a la espalda,... Bueno, allí en Nieva ya pasó la media noche.
Salvo Isabel -que es mucho para mi-, no apareció nadie.
Así que me voy a tomar un trago de agua de mi viejo pipo, porque aquí son las ocho y dieci.. de la tarde-noche y hace veinti... no se cuantos grados de temperatura, y veré que hago.