Gracias Isabel por acordarte de mi, que entre que soy quisquilloso y que nos cortaron la luz, colapsadas las líneas por el calor que está haciendo aquí, no te lo he agradecido antes.
Son cosas del chorraó y me voy para la balsa que esta noche tengo turno y tengo que abrir la pará, para regar el bancalico donde tengo algunas cosillas sembrás y no quiero que se sequen, pues las voy a necesitar.
Hasta cualquier momento Isabel, por aquí o por allá. ¿Sabes que pasa Isabel?
Que me encuentro muy ocupao,
desperfollando unas panochas
que esta temporá e cosechao.
Y entre las cabras y las ovejas,
el chino que estoy engordando,
el burro que se ha quebrao
y con la burra preñá.
Dime tú pa donde voy... Hola Anita, no te imaginas la alegría que experimenté cuando al verme tan temprano y por allí, me saludaste con un: ¡hola Jesús!