No me olvidé de los naranjos, lo de ir a cazar pájaros al olivar ó al huerto en las frias y ventosas noches de invierno, de las tótolas y los zorzales y de los menos deseados, por lo pequeños, chamarises; y de recordar la silueta de la parte de atrás del edificio de la iglesia y de otras muchas cosas que las piensas, las reflejas en tu mente y luego se te pasan en el momento de escribirlas. Pero están, están, hay que manifeztarlas, dejarlas que salgan de dentro nuestro. javier, no me contaste nada de la feria de Huercal. Creo que te has divertido. Un fuerte saludo.