Si caminas por el caminito que hay en la falda del cerro del lado izquierdo (según lo estamos mirando), camino pedregoso como no podría ser de otra manera y a partir de aquí en descenso, podrás observar si prestas atención y conoces ciertos hábitos de aquellos lugares, los restos de lo que solía utilizarse para cazar perdices, o sea, un montículo en círculo de piedras con el que se cubría la jaula del pájaro utilizado como señuelo para dicha caza; continuando, siempre en dirección a la sierrecica y con cuidado de no caerte, llegarás al barranco hondo, barranco en el que en verano, por la mañana temprano y antes de que caliente mucho el sol, te puedes comer unos sabrosísimos higos pajareros, que cortarás de una viejas higueras que considero allí perdurarán.