SANTA MARIA DE NIEVA: Lorenzo, me acordé que ayer te contesté muy rápidamente,...

Patricio en su mensaje, ha recordado que el es de Los Cayetanos.
¿Y saben qué?
Que me acordé de un hombre que vivía en Los Cayetanos.
A ese hombre le decíamos “Juan el gitano”.
¿Alguien lo conoció y por lo tanto lo recuerda?
Juan el gitano, recorría la calle de Nieva, el Chorraó y tal vez los cortijos vecinos voceando: ¡lañaaaaooor y paragüero!
Efectivamente, Juan se dedicaba a una actividad que solamente los que tengan tal vez, más de 50 años de edad recordarán.
Consistía en reparar diversos tiestos y cacharros de uso casero.
Porque hoy es impensable que un plato, una taza, un lebrillo de loza o de barro (no conocíamos el plástico), que se rompía en dos o más pedazos, lejos de tirarse se lo emparchara. Sí señor, se lo reparaba.
Y aquí entraba en escena “juan el gitano”, lañaó y paragüero.
Yo no sé si reparaba paraguas o no, pero sí para que utilizaba el paraguas.
¿En que consistía la reparación?
Cuando se rajaba o rompía un utensilio, se guardaban los “restos” del mismo y se esperaba que pasara juan. Cuando este pasaba, se le llamaba, se le daban las piezas del rompecabezas y él entraba en acción.
En la calle, dejaba sobre el piso su destartalada caja de herramientas, cogía los pedazos y los iba ensamblando. ¿Cómo? Utilizando una agujereadora y los flejes del viejo y desecho paraguas.
La agujereadora era un aparato compuesto por una esfera (no se si de madera o metal), con un caño de unos treinta centímetros que la atravesaba a manera de eje, y un par de cordones cruzados que iban desde el extremo superior del caño hasta la esfera y que al moverlos con la mano, hacían girar sobre su eje a las esfera; entonces, como el extremo inferior del caño tenía una punta estriada, realizaba un agujero en el lugar en que se apoyaba (que lío, so se si van ha entender algo). Con los flejes, especie de alambre acerado, fabricaba las lañas; cortaba trocitos de varios centímetros de largo, le doblaba las puntas unos milímetros y lista la laña.
Entonces, enfrentaba las partes rotas, hacía coincidir los bordes, hacía los agujeros, uno frente al otro y en ambos pedazos; colocaba la laña introduciendo las puntas en los agujeros hechos a la medida de la laña, un golpecito y partes abrazadas; así una laña cada dos o tres centímetros hasta cubrir la longitud a reparar.
Y asunto concluido; trabajo terminado
Lo que ha terminado conmigo es este relato que me he metido ha hacer. Que bárbaro, en que lío me metí.
Aguanten muchachos. Saludos a todos

¡QUE MEMORIA JESUS! Ni Juan el gitano lo hubiera descrito mejor.
Yo me acuerdo de Juan el Gitano, por cierto, muy buena persona, su mujer no tanto, cuando se sentaba en la silla y empezaba a trabajar en los "lebrillos rotos" tal y como tú lo has descrito. Tenia una hija y dos hijos. Su hijo Antonio y su hija aunque hace muchos años que no los veo, viven ó vivian en Albox y se dedicaba a la Venta Ambulante.
Seguiremos recordando.

Lorenzo, me acordé que ayer te contesté muy rápidamente, y vuelvo.
Decías de mi memoria, pues de la tuya no digo nada. Además, por lo que veo, tú conoces a todo el mundo y todos te conocen a ti.
De Albox, el bonito y pujante pueblo al que visité en varias oportunidades (los martes al mercado), escuché que cuando Colón llegó a América, se encontró a los de Albox vendiéndole espejitos a los "indios". Creo que al primero que se lo oí decir, fue a tu tío José María.
Todo está bien. Un abrazo y saludos a todos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
De toda la vida, se ha comentado ese "Dicho" sobre la gente de Albox (Nogociantes como ellos solos, pues efectivamente, cuando Colón descubrió las Americas, la gente de Albox, ya tenian un "tenderete" parecido al Corte Ingles.
Espero y deseo que tus revisiones hayan salido BIEN, eso me tranquiliza.