Viejas costumbres de Nieva.
Bueno, como en Nieva la gente estará durmiendo, por ser allí de madrugada y aquí apenas las diez y pico de la noche, por lo que tengo un buen rato para hacer algo antes de irme yo a dormir tanbien, he pensado retomar el tema tocado por Ginés referente a “esperfollar - ó desperfollar-el panizo.
Trato con ello de ampliar en algunas cosas el relato efectuado por el autor, según mis vivencias infantiles.
Resulta que por entonces, los vecinos, casi todos cosechaban algo de panizo con cuyas panochas llegaban a formar un montón de cierto tamaño en uno de los cuartos de casi todas las casas.
Era la costumbre que el esperfollado, o sea, la tarea de la limpieza de la panocha. quitándole las hojas secas que la envuelven, se hiciera en forma comunitaria, juntándose los vecinos, principalmente los jóvenes, unas cuantas noches en una casa, hasta agotar el montón, otras noches en otra y así sucesivamente en las distintas casas.
Se sentaban los concurrentes alrededor del montón de panochas y empezaba la tarea de desperfollado
. Entiendo que para hacer ameno y entretenido el trabajo, la tradición le había puesto a este, el pícaro incentivo de darle un premio al que sacara una panocha “colorá”, hecho aleatorio que solía producirse por causas desconocidas. El premio consistía en que la o el joven que sacara la panocha colorada, debía darle un beso a la persona del otro sexo que ella prefiriera. Esto fue en muchos casos, el inicio formal de un noviazgo.
Las noches transcurrían divertidas, con picardías y sonrisas, dentro del marco de inocencia propio de la época.
Por entonces todavía no estaba el cine en Nieva y cuando lo hubo, las funciones eran solo las noches de los días de fiesta, así que existían motivos para pasar amenas las veladas y si al mismo tiempo se podía hacer algún trabajo, mejor.
Bien Ginés, sigue tirando temas de conversación.
Bueno, como en Nieva la gente estará durmiendo, por ser allí de madrugada y aquí apenas las diez y pico de la noche, por lo que tengo un buen rato para hacer algo antes de irme yo a dormir tanbien, he pensado retomar el tema tocado por Ginés referente a “esperfollar - ó desperfollar-el panizo.
Trato con ello de ampliar en algunas cosas el relato efectuado por el autor, según mis vivencias infantiles.
Resulta que por entonces, los vecinos, casi todos cosechaban algo de panizo con cuyas panochas llegaban a formar un montón de cierto tamaño en uno de los cuartos de casi todas las casas.
Era la costumbre que el esperfollado, o sea, la tarea de la limpieza de la panocha. quitándole las hojas secas que la envuelven, se hiciera en forma comunitaria, juntándose los vecinos, principalmente los jóvenes, unas cuantas noches en una casa, hasta agotar el montón, otras noches en otra y así sucesivamente en las distintas casas.
Se sentaban los concurrentes alrededor del montón de panochas y empezaba la tarea de desperfollado
. Entiendo que para hacer ameno y entretenido el trabajo, la tradición le había puesto a este, el pícaro incentivo de darle un premio al que sacara una panocha “colorá”, hecho aleatorio que solía producirse por causas desconocidas. El premio consistía en que la o el joven que sacara la panocha colorada, debía darle un beso a la persona del otro sexo que ella prefiriera. Esto fue en muchos casos, el inicio formal de un noviazgo.
Las noches transcurrían divertidas, con picardías y sonrisas, dentro del marco de inocencia propio de la época.
Por entonces todavía no estaba el cine en Nieva y cuando lo hubo, las funciones eran solo las noches de los días de fiesta, así que existían motivos para pasar amenas las veladas y si al mismo tiempo se podía hacer algún trabajo, mejor.
Bien Ginés, sigue tirando temas de conversación.
Efectivamente D. Jesus lo de la panocha colora era asi, pero le falta lo de la panocha blanca con algunos granos negros o grises oscuro, y cuando te salia una panocha con estas caractericticas ¿que se hacia?, creo que la tradicion era darle un pellizco a alguien.
Un saludo José Mª
Un saludo José Mª
José María, la verdad verdad, no sabía lo del pellizco; me ha hecho sonreír y eso que esta tarde no estoy de muy buen humor.
Un abrazo, José María.
Un abrazo, José María.
Me alegro de haber podido contribuir a poner una sonrisa en su cara, pero para curar lo del mal humor alguien me dijo alguna vez:
si los problemas tienen solucion no hay que preocuparse pue ya se solucionaran.
Y si no la tienen por que preocuparse si no hay solucion.
Un abrazo Jesús.
si los problemas tienen solucion no hay que preocuparse pue ya se solucionaran.
Y si no la tienen por que preocuparse si no hay solucion.
Un abrazo Jesús.