Bueno, allí en Nieva ya pasó la media
noche.
Salvo Isabel -que es mucho para mi-, no apareció nadie.
Así que me voy a tomar un trago de
agua de mi viejo pipo, porque aquí son las ocho y dieci.. de la tarde-noche y hace veinti... no se cuantos grados de temperatura, y veré que hago.