¡Que no se los elijo a uste ni aunque me de mil duros!
Frase que recibió mi primo Agustín en el año 1992 en la ciudad de Algeciras, de un vendedor callejero, al pedirle mi primo que le diera de los más maduritos que exhibía en una pila de chumbos en forma de pirámide.
Las palabras y su tono gaditano, nos dejó perplejos, así que cogimos los que nos dio y nos fuimos comiéndolos.
Frase que recibió mi primo Agustín en el año 1992 en la ciudad de Algeciras, de un vendedor callejero, al pedirle mi primo que le diera de los más maduritos que exhibía en una pila de chumbos en forma de pirámide.
Las palabras y su tono gaditano, nos dejó perplejos, así que cogimos los que nos dio y nos fuimos comiéndolos.
Que exajerados somos los andaluces, por mil duros le hubiera dado la pirámide
y dicho esto, le voy a decir un refran.
A palabras necias oidos sordos, se lo aplica algun mensaje que he leido
un saludo Jesús
y dicho esto, le voy a decir un refran.
A palabras necias oidos sordos, se lo aplica algun mensaje que he leido
un saludo Jesús
Isabel, Isabel..., que gracias a nuestras exageraciones, los andaluces todavía existimos.
Nosotros siempre ponemos mucho más y luego nos van quitando, quitando y quitando, hasta que nos dejan un poco.
Gracias a ese poco que conseguimos conservar, continuamos haciendo andaluzadas por el mundo.
Te lo dice un andaluz.
Con el garrotín con el garrotán...
¡ay! leré, leré leré leré, ¡ay! leré...
Son las cosas del querer, son las cosas del querer...
¡Y olé!
Nosotros siempre ponemos mucho más y luego nos van quitando, quitando y quitando, hasta que nos dejan un poco.
Gracias a ese poco que conseguimos conservar, continuamos haciendo andaluzadas por el mundo.
Te lo dice un andaluz.
Con el garrotín con el garrotán...
¡ay! leré, leré leré leré, ¡ay! leré...
Son las cosas del querer, son las cosas del querer...
¡Y olé!