Rebaja tu factura AQUÍ

SANTA MARIA DE NIEVA: Amigo Collado....

amigo don jesus, termino de comer en casa, y mi señora a hecho un arroz al horno de categoría, no ha sobrado ni un grano de arroz, aqui en valencia, y Cataluña, se dice arroz PASECHAT", PORQUE ANTIGUAMENTE, SE LLEVABA LA CAZUELA DE BARRO AL HORNO DESDE CASA, Y LUEGO SE RECOGIA DEL HORNO A CASA, POR ESO EN CASTELLANO SE LLAMA ARROZ PASEAO, Y COMO LE HE DICHO ANTERIORMENTE ES ARROZ PASECHAT, Y ME HE TOMADO DOS COPAS DE VINO, DEL AMIGO JOSE MARIA DEL CORTIJO DEL PINO, QUE SE SUBE A LA CABEZA DE BUENO QUE ES, NO QUIERO, NI TOME RSTOS COMENTARIOS COMO PARA DARLE ENVIDIA, VD, YA SABE EL APRECIO QUE LE TENGO, REFERENTE AL SEÑORITO ANDALUZ, EXCMO SEÑOR JAVIER, NI RASTRO DEL MISMO, PERO SI ES VERDAD, QUE EXISTE, ALGUNDIA DARA SEÑALES DE VIDA, BUENO ESPERO QUE SE ENCUENTRE BIEN DE SALUD, VD, Y SU FAMILIA, ASI, QUE YA HABLAREMOS EN OTRA OCASION, UN SALUDO DE AMIGO DE PANOJARARA.

Hola amigo Delchorraderovengo: Pseudónimo larguito se buscó Vd. ¡caramba!, que casi me duermo al escribirlo.

El arroz es un manjar que le gusta a todo el mudo, en eso somos iguales los
catalanes, los andaluces, valencianos, y no dignamos los chinos. A mi, como
andaluz me gusta también er gazpacho de idem. con unos higos verdes o uvas
ahogaos, y consumidos a la sombra de una higuera.

Permirta que le diga que eso del arroz "pasechao", es una traducción libre
que del catalán hacemos los andaluces; porque en catalán, pasear = passetjar. ¡Es que como nosotros no hay na e ner mundo! Que nos nos falte el humor.

Un cordial saludo. Antonio

¡Y amigo Antonio!
¿Se ha despertado usted o aún sigue dormido?

Pues si duerme, hágalo en catalán, porque los andaluces lo hacemos bajo el olivo, también puede ser de un almendro, pero no se entera nadie del pueblo.

Amigo Collado.

De pequeño hacía la sies debano de un olivo, o de una higuera, porque el almendro
no suele tener muy buena sombra. Si lo hacía boca arriba me entraba algún rayo de
sol que se filtraba entre las hojas, y me gustaba contemplar esa brizna de sol
que llegaba a mis ojos, que no sé por qué ni molestaba.

Aquí, en la gran urbe, ni hay olivos ni higueras, así que ahora hago la sieta
en el sofrá, mirando la tele, que es divina para quedarse roque.

Un abrazo