Por su ubicación,
antiguedad y percepción visual, es el núcleo urbano más privilegiado de la Comarca. Desde las zonas más altas (actual entorno del
Castillo y
Barrio de la Morería - donde se han hallado vestigios de asentamientos
romanos, incluso neolíticos-)
las casas se van desparramando hacia las laderas y lomas, buscando entre los desniveles, los sitios más aptos para construir. Durante siglos la expansión se hizo entre los Barrancos Canastera y
Fuentes. La Corredera es la
calle más importante y más amplia en torno a la cual fue creciendo el
pueblo, como las
calles Teatro, Enmedio y Abajo, éstas dos últimas paralelas a la Corredera. El asentamiento sistemático al otro lado del Barranco de los
Caños (el denominado Barrio) se produjo sobre los S.XVIII y XIX, ayudando para ello algunos edificos ya existentes como el
Convento de
San Luis (ver más abajo).
Su situación de dominio sobre el
valle ha sido siempre motivo de elogio: abundancia de
agua y fuentes, una vega extensa y fértil, unido a su magnífica posición defensiva (además contaba con doble recinto
amurallado y tres
puertas de acceso - Caravaca, Lorca y Cinco caños-), era el lugar ideal para que D. Pedro Fajardo levantara su magnífico Castillo-
Palacio, siendo siempre el centro administrativo del Marquesado, sede del Alcalde Mayor, con jurisdicción en todo el Señorío. Fue la Villa más densamente poblada hasta el S.XVIII en que Vélez-Rubio alcanza el liderato demográfico, económico, comercial, social, y más tarde, (S XIX) el político.-
A modo de ejemplo recogemos una transcripción del S.XVII, en donde se resaltan algunas de esas excelencias: " en fuerte sitio, es la villa de Vélez el Blanco, distante de
Granada diez y siete leguas; su territorio es fértil y regalado de todos mantenimientos, con buenos pastos para sus
ganados, con buena cría de seda y buenas, dulces
aguas, saludables vientos, abastecida de
pescado, caças y regaladas
frutas, habitada de poco menos de cien vecinos (unos 500 hbs) en una
parroquia, obispado de
Almería" ( F. Henríquez de Jorquera, 1607).
Los yacimientos arqueológicos dan fe del paso de numerosas civilizaciones como la cultura de los Millares o de Argar. La ciudad ha pasado por manos cartaginesas,
romanas, cristianas, visigodas, árabes y otra vez cristianas. En el siglo XIII su fortaleza fue la más importante de la zona y en los siglos siguientes se convirtió en cuartel general de la defensa andalusí. Durante este periodo pasó del poder andalusí a manos cristianas y otra vez al reino de Boabdil, que estuvo aquí asentado en el siglo XV. Vélez-Blanco se rindió a los Reyes Católicos en 1488; de esta rendición ha quedado constancia en la sillería del
coro de la
catedral de
Toledo. Una vez tomada por los cristianos, los Reyes Católicos nombraron en 1506 a don Pedro Fajardo y Chacón marqués de los Vélez, el cual comienza inmediatamente a construir su castillo-palacio en la que sería capital de su señorío. Tras la expulsión de los moriscos entra en un periodo de decadencia del que no empieza recuperarse hasta el siglo pasado.